Un estudio liderado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha descubierto una nueva ruta por la que los insecticidas afectan a insectos beneficiosos como las abejas. En ella, polinizadores y otras especies clave para el medio ambiente mueren al consumir la melaza contaminada que producen otros insectos.
Muchas poblaciones de insectos están disminuyendo de forma drástica, entre ellas, algunas fundamentales para el mantenimiento de los ecosistemas como las abejas. Una de las causas de este descenso es el uso de neonicotinoides, un tipo de insecticida de uso generalizado que se aplica para controlar plagas y que afecta al sistema nervioso central de los insectos.
Sin embargo, varios estudios han alertado en los últimos años que estos insecticidas también tienen importantes efectos negativos sobre muchos insectos beneficiosos, especialmente los polinizadores que se alimentan de néctar y polen contaminado. Esto provocó que en 2018 la Comisión Europea prohibiese su uso al aire libre.
Ahora, un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), la Universidad de Valencia y la Universidad de Wageningen (Holanda) ha hallado una nueva vía por la que estos insectos están expuestos a los neonicotinoides: la melaza.
La melaza es un líquido azucarado que excretan algunos insectos que se alimentan de la savia de las plantas, como pulgones o pseudocóccidos (o cochinillas algodonosas) y moscas blancas. Esta sustancia es una importante fuente de nutrientes para muchas especies beneficiosas como abejas, hormigas, parasitoides y depredadores de insectos. El trabajo, publicado en el último número de la revista PNAS, alerta que si los insectos consumen polen contaminado, también afectará a la melaza que producen.
“Hasta ahora se pensaba que los neonicotinoides llegaban a los insectos beneficiosos a través del néctar contaminado. Este estudio demuestra que hay una nueva ruta y que, además, afecta a más insectos que el néctar contaminado”, explica a Sinc Alejandro Tena, investigador del IVIA y líder del estudio.
En el trabajo, los autores recolectaron melaza producida por una especie frecuente en plagas de cítricos, Planococcus citri, que se alimentó de especies tratadas con neonicotinoides. Esta melaza fue dada como alimento a dos especies de insectos beneficiosos: una mosca que se aplica como controlador biológico de los pulgones (Sphaerophoria rueppellii) y una avispa parásita (Anagyrus pseudococci), que controla las plagas de algunas cochinillas.
Los resultados revelaron una alta toxicidad de la melaza, que provocó la muerte en un plazo de tres días a la mayoría de moscas y avispas que la consumieron . Además, según Tena, la melaza estaba contaminada incluso cuando el insecticida no se aplicaba por goteo y se iba degradando con el tiempo hasta llegar a la mitad de la dosis recomendada.
Los autores afirman que esta nueva ruta de exposición debe ser incluida en las evaluaciones de riesgo sobre los neonicotinoides y esperan que estimule el desarrollo de estrategias de gestión de plagas que no dependan de estos insecticidas.
Referencia bibliográfica:
Alejandro Tena, Miguel Calvo-Agudo et al. “Neonicotinoids in excretion product of phloem-feeding insects kill beneficial insects”. PNAS (5 de Agosto de 2019). https://doi.org/10.1073/pnas.1904298116