Un estudio liderado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha descubierto una nueva ruta por la que los insecticidas afectan a insectos beneficiosos como las abejas. En ella, polinizadores y otras especies clave para el medio ambiente mueren al consumir la melaza contaminada que producen otros insectos.
Las abejas son fundamentales para la polinización de las flores y resultan necesarias para la sostenibilidad de la agricultura en todo el mundo. Un estudio de la Universidad de Newcastle y el Trinity College de Dublín ha descubierto que estos pequeños animales –que están en peligro de extinción– se sienten atraídos por el néctar que contiene pesticidas.
Los insecticidas neonicotinoides afectan a las poblaciones de aves en Holanda, según un estudio publicado en la revista Nature. Investigadores holandeses han mostrado por primera vez que altas concentraciones de un insecticida neonicotinoide, el imidacloprid, están asociadas con un declive de población en aves insectívoras.