Investigadores del Hospital Universitario de Salamanca estudian nuevas dianas terapéuticas en cáncer de pulmón, la primera causa de muerte en el mundo occidental por esta enfermedad. El objetivo es determinar biomarcadores en carcinomas de pulmón que puedan ser de utilidad para realizar tratamientos más específicos.
Los pacientes “se diagnostican tarde y responden mal a los tratamientos”, declara María Dolores Ludeña, científica de la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital Universitario de Salamanca y del Departamento de Biología Celular y Patología de la Universidad de Salamanca y responsable de esta línea de investigación. Por eso, “intentamos estudiar en produndidad cuáles son sus alteraciones genéticas con ayuda de las nuevas tecnologías”, apunta.
En particular, el interés de este equipo de investigación se centra en las mutaciones del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), un gen de la superficie de la célula implicado en la comunicación intracelular y, por lo tanto, en la señalización de procesos como la división celular, lo que en el caso de las células cancerosas puede implicar la extensión del tumor.
Al estar mutado en algunos tipos de cáncer, como en el caso de los carcinomas de pulmón, EGFR se ha convertido en una buena diana terapéutica para que actúen los fármacos sobre las células tumorales. Sin embargo, “el problema es que algunos pacientes responden muy bien, pero otros no responden. Además tenemos un tercer grupo de afectados que con el tiempo desarrollan resistencias al tratamiento”, indica la investigadora.
El desarrollo de estas resistencias puede deberse “a que se activen otros receptores en dominios de la membrana celular muy parecidos o muy próximos al EGFR”. Por eso, “estamos viendo por qué”, afirma Ludeña. La idea es averiguar si la activación de las vías intracelulares que señalan los procesos fundamentales para la célula, como la división celular, están relacionadas o no con el hecho de que EGFR sufra alguna mutación y si los tratamientos modifican esto de algún modo.
La investigación se desarrolla con los pacientes que recibe el hospital, cerca de un centenar de afectados cada año, que es referencia para varias provincias de Castilla y León. “Cada vez estamos viendo más alteraciones en cáncer de pulmón y hay que incorporar esta nueva información a los diagnósticos de rutina”, apunta.
Individualizar terapias
“Queremos hacer un tratamiento individualizado, el objetivo es que se puedan estudiar todas las alteraciones genéticas en cada paciente y darle una terapia concreta”, afirma. Por ejemplo, el gen MET está entre los genes implicados, según ha comprobado el equipo, ya que “se activa en aquellos pacientes que no responden al tratamiento debido a que tienen otra alteración genética que no hemos localizado”.
Para la investigación se emplean, con consentimiento previo, muestras de pacientes que provienen del material que sobra del diagnóstico. A partir de ahí se utilizan sobre todo técnicas de hibridación ‘in situ’ para observar las alteraciones en el ADN.
El grupo de investigación que coordina Ludeña colabora en otros proyectos de investigación relacionados con el cáncer de pulmón. Por ejemplo, el Centro de Investigación del Cáncer (CIC) está desarrollando un proyecto para estudiar las células madre del cáncer de pulmón. Es una investigación básica, pero que se relaciona con el trabajo clínico del Hospital Universitario. Por otra parte, su equipo también colabora en un ambicioso proyecto multidisciplinar que pretende buscar una vía alternativa para suministrar fármacos dirigidos contra las células tumorales en cáncer de pulmón, mediante el empleo de microcápsulas para que el medicamento llegue a su destino.