A lo largo del trimestre, las precipitaciones estuvieron un 33 % por debajo del valor normal, aunque la estación fue lluviosa en el sureste peninsular, según la Agencia Estatal de Meteorología. El verano, que comenzará próximo el 21 de junio, será probablemente más seco de lo habitual en el noroeste peninsular y más cálido de lo normal en toda España.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha hecho público su avance climático de la primavera de 2021, que tuvo un carácter cálido y muy seco en el conjunto de España. Ha sido la cuarta primavera más seca desde el inicio de la serie histórica en 1961, y la segunda más seca del siglo XXI, tan solo por detrás de la del año 2005.
La pasada primavera ha sido muy seca: se han acumulado 114,5 l/m2 a lo largo del trimestre en el conjunto de la España peninsular, un valor que supone el 67% del valor normal del período de referencia, es decir, las dos terceras partes. La primavera fue seca o muy seca sobre todo en el tercio norte y mitad occidental peninsular, así como en Canarias. Llegó a ser extremadamente seca en el este del País Vasco, Navarra y noroeste de Huesca.
Por el contrario, las precipitaciones fueron superiores a los valores normales, llegando incluso a duplicarlos, en el sur de la Comunidad Valenciana, Región de Murcia y extremo oriental de Andalucía. En Baleares tuvo un carácter normal.
Las lluvias fueron especialmente escasas a lo largo del mes de marzo, que fue el más seco del siglo XXI y en el que llovió poco más de la tercera parte de lo normal; abril estuvo en torno al promedio, aunque hubo un gran contraste entre el tercio norte de la Península, con muy pocas lluvias, y el sureste, donde se llegó a triplicar el valor habitual. Mayo volvió a ser seco en casi toda España, salvo en el extremo sudoriental, donde de nuevo las precipitaciones fueron abundantes.
Esta escasez de lluvia en la mayor parte del país excepto en el sureste de la Península se puso de manifiesto en las efemérides: se trató de la primavera más seca de la serie en tres observatorios (Rota, en Cádiz; Hondarribia-Malkarroa, en Gipuzkoa y en el aeropuerto de Huesca), mientras que fue la más lluviosa en el aeropuerto de Alicante-Elche. Además, en Castellón-Almassora se registró la primavera con mayor número de días de lluvia.
Anomalías de horas de sol en la primavera de 2021. Los tonos amarillos y rojos indican más horas de sol de lo normal; los tonos azules, menos horas de sol que de costumbre. / AEMET
En consonancia con su carácter muy seco, la primavera de 2021 registró en general más horas de sol de las habituales en el oeste y norte de la Península, así como en Canarias. En las regiones mediterráneas, en cambio, hubo muchas más nubes de lo normal. Así, A Coruña, que disfrutó de su primavera más soleada desde que hay registros, tuvo más horas de sol que Castellón. Pontevedra, por su parte, disfrutó de una primavera más soleada que la ciudad de Valencia.
La temperatura media de la primavera fue, en el conjunto de la España peninsular, de 12,5 ºC. Un valor 0,4 ºC superior al promedio del período de referencia 1981-2010, lo que indica su carácter cálido. Se trató de la vigésima primavera más cálida desde el inicio de la serie, en 1961, aunque a lo largo del siglo XXI se han registrado once primaveras con mayor temperatura. No en vano, ocho de las diez primaveras más cálidas en España han tenido lugar en este siglo.
El carácter cálido de la primavera fue más acentuado cuanto más al oeste; por el contrario, en las regiones cantábricas y mediterráneas peninsulares, así como en Baleares, fue normal o fría. En Canarias fue cálida. Por meses, marzo y abril tuvieron un carácter normal, mientras que mayo fue cálido. Salvo en abril, la primavera se caracterizó por continuos vaivenes térmicos.
Hubo cuatro récords de temperaturas altas, entre los que destacan los 35,6 ºC de Málaga el 16 de mayo o los 24,2 ºC de temperatura mínima más alta en Santa Cruz de Tenerife el 21 de mayo. También se registró un récord de temperaturas bajas: el 20 de marzo, la ciudad de Ceuta bajó hasta los 7 ºC.
Más allá de nuestras fronteras se han registrado el octavo marzo, séptimo abril y quinto mayo más cálidos del planeta. En Europa destacan dos datos: se ha vivido el abril más frío desde 2003 y la primavera meteorológica más fría desde 2013.
Hasta la fecha, 2021 presenta una anomalía en España de 1,2 ºC por encima de la media. Eso lo convierte, hasta el momento, en el sexto año más cálido de la serie española. Además, esta tendencia no parece que vaya a cambiar a lo largo del periodo estival.
Según las previsiones estacionales, el verano astronómico, que comenzará el 21 de junio a las 5:32 hora oficial peninsular, será probablemente más cálido de lo normal en toda España, con mayor probabilidad cuanto más al sur peninsular, y más seco de lo habitual en el noroeste peninsular.
El avance de la tendencia del tiempo previsto para el periodo julio-agosto-septiembre de 2021 indica que existe una mayor probabilidad de que la precipitación se encuentre en el tercil inferior en el noroeste peninsular, mientras que en el resto de España la probabilidad de los terciles es la climatológica.
La información se completa añadiendo que existe una mayor probabilidad de que la temperatura alcance valores superiores a los normales en España considerando el periodo de referencia 1981-2010, con probabilidades más altas cuanto más al sur peninsular.
Concretamente, el escenario más probable es que la temperatura media de estos tres meses se sitúe en el tercil superior. Esto supone que en la península y Baleares la temperatura media trimestral estará, al menos, 0,5 ºC por encima de lo normal, aunque en algunas zonas el valor será superior.
De confirmarse estas predicciones realizadas por la Agencia Estatal de Meteorología estaríamos frente al séptimo verano consecutivo con temperaturas por encima de las medias.
En Europa, las predicciones estacionales del multimodelo de Copernicus indican que es probable que este trimestre, julio-agosto-septiembre, sea más cálido de lo normal en el centro de Europa; esta probabilidad resulta incluso más elevada en el sur del continente.