La movilidad en las grandes ciudades es uno de los indicadores de la calidad de vida y la actividad cotidiana de sus habitantes. Un estudio de la Universidad Complutense de Madrid indica que las mujeres usan más el transporte público y siguen siendo las principales responsables de las compras y de llevar a los niños al colegio.
Las mujeres de Madrid invierten más tiempo que los hombres en los desplazamientos cotidianos, en detrimento del tiempo que pueden dedicar a otras actividades, como el ocio y la vida doméstica. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio de la Universidad Complutense de Madrid a partir de datos de la encuesta de movilidad del Consorcio de Transportes de Madrid sobre unas 35.000 familias.
“La principal aportación de este estudio con respecto a otros es el análisis de la población de 26 a 40 años, diferenciando según ámbitos territoriales”, explican a SINC Juana Rodriguez Moya y Juan Carlos García Palomares, investigadores de la UCM.
“En esta edad las diferencias entre hombres y mujeres son más acusadas debido a que las mujeres se responsabilizan tanto del trabajo productivo como del reproductivo (doméstico y de cuidado), mientras que los hombres priorizan el trabajo productivo”, añaden.
Los investigadores recalcan que el trabajo doméstico y el cuidado de las personas que dependen de la familia continúan recayendo mayoritariamente en las mujeres, que, en consecuencia, tienen una movilidad más diferenciada y compleja, cargada de numerosas actividades laborales y personales.
Entre los hombres el principal motivo de desplazamiento es el trabajo. Las mujeres diversifican su movilidad con más viajes por compras y tareas como acompañar a los hijos al colegio o realizar gestiones del hogar. Por eso las mujeres se mueven más andando y en transporte público, mientras que los hombres son los principales usuarios del transporte privado.
“Las personas que tienen que dedicar mucho tiempo a desplazarse reducen su movilidad”, aseguran los expertos. “La clave para mejorar esta situación es una apuesta decidida por un modelo territorial donde se prime la proximidad y el transporte público, y se haga una planificación conjunta de territorio, el sistema de transporte y la movilidad”, señalan.
Más desigualdades en la periferia
Los investigadores han observado que las diferencias son distintas también en función del lugar donde se reside. En el centro de las ciudades, por ejemplo, el contraste en la movilidad de hombres y mujeres es menor. “En estos espacios existe una red de transporte público más eficiente y mayor concentración de actividades en el entorno del hogar. Su capacidad de movilidad aumenta y se iguala”, apunta García Palomares.
Por otro lado, en las periferias de las ciudades y en urbanizaciones de chalets dispersos o adosados, que son los que muestran más dinamismo en los últimos años, la movilidad se reduce y las diferencias entre hombres y mujeres se acentúan.
“En líneas generales los resultados son extrapolables a otras grandes ciudades. En todas ellas se ha producido un fuerte proceso de expansión, vinculado además a un modelo de ciudad de baja densidad, de grandes superficies comerciales y de ocio en la periferia. Un modelo de ciudad anglosajón”, concluyen.
Referencia bibliográfica:
Juana María Rodríguez Moya, Juan Carlos García Palomares, “Gender diversity in daily mobility in the community of Madrid”, Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles 58:105-131, 2012.
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