Expertos de la Universidad de Sevilla afirman que un extracto enzimático de salvado de arroz mejora los factores de riesgo cardiometabólicos asociados a la obesidad. El objetivo de su trabajo es conocer los beneficios de fármacos y sustancias de origen natural para el tratamiento de patologías como la hipertensión, aterosclerosis y el envejecimiento, y para la intervención dietética para prevenir la obesidad.
Científicos del grupo de investigación de Farmacología Cardiovascular de la Universidad de Sevilla han determinado en ratas que el extracto enzimático del salvado de arroz (EESA) mejora los factores de riesgo cardiometabólicos asociados a la obesidad.
Tras el tratamiento, estos animales mostraron una mejoría en los parámetros bioquímicos de colesterol y triglicéridos y una disminución del estado de resistencia a la insulina. Asimismo, el extracto previno el aumento de presión arterial que estas ratas obesas Zucker desarrollan debido al estado de síndrome metabólico.
María Dolores Herrera González, directora del grupo de investigación, explica que se ha comprobado que la disfunción endotelial desarrollada por los animales obesos a las 30 semanas de edad disminuye en aquellas arterias procedentes de los animales que son alimentados con una dieta suplementada con el extracto de salvado de arroz.
Estos resultados muestran las propiedades nutracéuticas del salvado, que podría ser útil como alimento funcional en el tratamiento del síndrome metabólico y que reduce además el estado inflamatorio asociado a la obesidad.
El objetivo de estos estudios, destaca Herrera González, es conocer los beneficios de fármacos y sustancias de origen natural para el tratamiento de patologías como la hipertensión, aterosclerosis y el envejecimiento, y para la intervención dietética con nuevos compuestos de utilidad para prevenir la obesidad.
Nuevas posibilidades terapéuticas
Este grupo de investigación, que cuenta con una gran experiencia en el estudio de la funcionalidad arterial en varios tipos de lechos vasculares mediante el uso de miografía de alambre y de presión, trabaja también en el desarrollo de nuevas posibilidades terapéuticas del aceite de oliva y el agua de vegetación, así como en la producción de una nueva generación de alimentos para el control del peso y prevención de la obesidad.
Siguiendo con esta línea, colabora con el grupo de Biofotónica Integrada del Centro Nacional de Microelectrónica de Barcelona para el desarrollo de microdispositivos (Lab-on-Chip) fotónicos que permitan identificar y evaluar biomarcadores de enfermedades cardiovasculares y metabólicas objeto de esta investigación.
Fruto de esta colaboración, se ha desarrollado un reactor microfluídico con el que fácilmente se puede monitorizar el crecimiento de cultivos de células vasculares y la acción de fármacos antiproliferativos. Además, se han generado unas microbridas acopladas a sistemas de detección óptica que permiten medir con precisión los cambios de diámetro de arterias presurizadas en miógrafos.