Un avión solar no tripulado de fabricación española realizó ayer su primer vuelo virtual. El aparato, llamado PRONTAS, está en fase de construcción y los responsables esperan tenerlo listo a principios de 2014. Será una alternativa eficiente y ecológica para tareas de protección medioambiental, comunicaciones o misiones de rescate y salvamento, según señalan los responsables del proyecto.
En medio del silencio de una sala, en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid, llena de periodistas, estudiantes y profesores, el avión PRONTAS se alzó ayer en el aire para realizar su primer vuelo virtual entre el aeropuerto de Tenerife Sur y el Teide. Es el primer proyecto español de avión solar no tripulado y las previsiones son que esté listo para finales de este año o inicios del que viene.
En el proyecto, iniciado en 2008, han participado el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), la Universidad Politécnica de Madrid y la empresa Aernnova.
“Hay toda una serie de actividades que podrían valerse de un avión solar con mucha eficiencia”, indicó Miguel Angel González Hernández, director técnico del proyecto durante la presentación. Algunos ejemplos de estas actividades serían, según el ingeniero, la vigilancia ante riesgo de incendios, las misiones de búsqueda y salvamento o el seguimiento de animales.
Aunque todas estas misiones ya las realizan satélites artificiales, el avión solar ofrece una alternativa más ecológica, de menor coste y más flexible, ya que permite una mayor permanencia en la zona de vigilancia y puede cambiar de posición rápidamente, indica el responsable.
En media hora de Tenerife al Teide
En la fabricación del simulador de vuelo han participado dos alumnas del Instituto de Tecnología de Beijin (China) que realizan su proyecto de fin de carrera en Madrid. “El simulador nos permite analizar y resolver problemas que podrían presentarse en el vuelo real. Así cuando llegue el momento podremos enfrentarnos a él con mayor seguridad”, señaló González.
El avión tiene 16 metros, pesa 78 kg, está impulsado por cuatro hélices y alcanza los 8000 metros de altura a una velocidad de crucero de 22 metros por segundo. La parte superior de las alas está recubierta por células fotovoltaicas que aprovechan la energía solar para hacer funcionar los motores y acumular en las baterías la energía necesaria para que el avión se mantenga en el aire toda la noche.
Según explicó a SINC Miguel Angel González Hernández, es un avión cuya estabilidad y características aerodinámicas le permiten soportar las mismas condiciones atmosféricas que los aviones normales. El factor que podría limitar el vuelo son las horas de sol, por las limitaciones de las células solares disponibles en el mercado y la cantidad de energía que las baterías pueden almacenar, subrayó.
“Cuando la tecnología lo permita, podremos poner células solares mejores y baterías más eficientes, esto son tecnologías externas, que ya no dependen de nosotros. Por eso nos gustaría que se implicaran en este proyecto otras industrias interesadas en desarrollar otras tecnologías” añadió González.
Volar día y noche en el verano canario
Ahora mismo el avión está diseñado para poder volar día y noche en la latitud de las Canarias durante el solsticio de verano. Aunque tecnológicamente ya existen células solares muy desarrolladas, se reservan para aplicaciones muy específicas y son muy caras, explicó el director técnico.
En el mundo hay varios proyectos de aviones movidos por el sol. Según el ingeniero, serán los no tripulados los que acabarán teniendo un sitio importante ya que la carga que implica un piloto hace el vuelo muy costoso energéticamente.
Otra faceta importante del proyecto es la parte formativa y los proyectos de investigación a los que ha dado lugar. Hay 13 proyectos de fin de carrera finalizados con estudiantes de varios países implicados, y dos líneas de investigación que deben desembocar en tesis doctoral”, concluyó el responsable.