Bajo la corteza helada de Encélado, uno de los satélites de Saturno, se oculta un océano con fuentes termales que calientan sus aguas, según sugieren los datos recogidos por la sonda Cassini. La información ha llegado desde el anillo E del planeta gigante, donde se acumulan partículas con silicio creadas a altas temperaturas en las profundidades marinas y emitidas al espacio desde los supergéiseres de la gélida luna.
La presencia de un océano subterráneo, de unos 10 kilómetros de espesor, en el satélite Encélado de Saturno ya se había plantado. Así lo sugiere el hielo con sal de sodio que emana por las grietas de esta luna de Saturno, y que se supone procede de los reservorios de agua líquida que hay debajo.
Ahora un equipo internacional de científicos afirma que, además, las aguas de este océano son calientes. Bullen bajo la gélida corteza de hielo que, con un grosor de entre 30 y 40 kilómetros, cubre toda la superficie de este satélite blanco con aspecto de bola de billar resquebrajada.
El hallazgo lo publica esta semana la revista Nature y se basa en el análisis de compuestos químicos detectados por la sonda Cassini en el anillo E, el más grande de Saturno. En concreto, son nanopartículas de dióxido de silicio (sílice) asociadas a la actividad hidrotermal.
Tras realizar diversos experimentos y modelos, los autores concluyen que las características de estas diminutas partículas indican que se han generado en reacciones a altas temperaturas en el fondo marino, y que luego ascienden desde un fondo oceánico situado a una profundidad mínima de 40 kilómetros.
“La composición y tamaño de estas partículas (de 2 a 8 nanómetros de radio) indican que se han producido a más de 90 ºC en reacciones hidrotermales asociadas a la actividad geotermal global del satélite, que rápidamente transporta los productos resultantes desde el fondo del océano hasta las plumas o penachos de Encélado”, explica el autor principal, Sean Hsu de la Universidad de Colorado en Boulder (EE UU) y el resto de los autores en su artículo. Estos supergéiseres por donde emana el material interno se localizan en la zona sur de la luna.
"Es bastante inesperado que el interior de Encélado todavía esté caliente, porque hace mucho tiempo que debería haberse congelado", cometa Hsu a Sinc. "Parece que quedan algunos huecos en nuestro conocimiento sobre cómo evolucionan los cuerpos del sistema solar", reconoce.
Posibles hábitats para la vida fuera de la Tierra
El investigador destaca que el descubrimiento "demuestra el valor de la exploración espacial como fuente de inspiración de fenómenos que no podemos encontrar en la Tierra, además de lo interesante que resulta desde un punto de vista astrobiológico en la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta".
Hsu no descarta que en las fuentes termales de Encélado existieran microorganismos extremófilos como los que hay en las chimeneas submarinas de la Tierra. "Es posible, pero aunque los sistemas hidrotermales pueden proporcionar tres componentes esenciales para la vida (energía, nutrientes y agua líquida), esto no es una garantía de que la haya".
"El tiempo es determinante –continúa–, y la vida puede requerir mucho tiempo y unas condiciones estables para evolucionar. A día de hoy no estamos seguros de cuánto tiempo ha estado activo Encelado y lo estable que ha sido. De todas formas, si vamos allí y no la encontramos, también sería importante para nuestro conocimiento sobre la evolución de los seres vivos en el sistema solar".
De momento la nave Cassini es la única que está previsto que efectúe sobrevuelos cercanos sobre Encélado. Más a largo plazo se han planteado misiones como Life Investigation For Enceladus (LIFE) para traer muestras de esa luna, u otro proyecto para enviar un orbitador que visitaría además Titán. La propuesta la lidera el investigador Gabriel Tobie de la Universidad de Nantes (Francia), que también valora este estudio de Nature en otro artículo adicional.
“La detección de partículas ricas en silicio procedentes de Encélado sugiere que en su interior se están produciendo actualmente interacciones entre el agua y la roca”, señala Tobie, que destaca: “Se trata de la primera evidencia de actividad hidrotermal activa fuera de la Tierra”. Como el resto del equipo, el científico confía en que los próximos estudios y misiones a esa luna confirmen y revelen los secretos que esconde su misterioso océano subterráneo.
"Encélado podría incluso representar un hábitat muy común en la galaxia: lunas heladas alrededor de planetas gigantes gaseosos que se encuentran más allá de la 'zona de habitabilidad' de una estrella, pero todavía capaces de mantener agua líquida debajo de su superficie helada", concluye Nicolas Altobelli, científico del proyecto Cassini y del European Space Astronomy Centre (ESAC) que la Agencia Espacial Europea tiene en Madrid.
En estas chimeneas submarinas del fondo de Atlántico emanan fluidos a 90 °C, un ambiente similar al que sugieren los datos del océano subterráneo de Encélado. / IFE, URI-IAO, UW, NOAA, LOST CITY et al.
Referencia bibliográfica:
Hsiang-Wen Hsu et al. “Ongoing hydrothermal activities within Enceladus”. Nature, 12 de marzo de 2015.