La quinoa (Chenopodium quinoa) podría tener la llave para alimentar a la creciente población mundial. Este pseudocereal puede prosperar en entornos duros y crece bien en tierras marginales de mala calidad. Un equipo de científicos ha secuenciado su genoma completo y ha identificado genes que podrían manipularse para cambiar la forma en que la planta madura y produce alimentos.
Un grupo de científicos, liderados por la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá de Arabia Saudita (KAUST, por sus siglas en inglés), ha completado la primera secuencia de alta calidad del genoma Chenopodium quinoa. Este proyecto ha reunido a un total de 33 investigadores de cuatro continentes, entre ellos 20 personas de siete grupos de investigación de KAUST.
"La quinoa fue el alimento básico que alimentó a las antiguas civilizaciones andinas, pero su cosecha fue marginada cuando los españoles llegaron a América del Sur. Solo recientemente ha renacido como una nueva cosecha de interés mundial", declara Mark Tester, de KAUST, director de equipo del proyecto. "Esto significa que la quinoa nunca se ha domesticado completamente o criado en su pleno potencial, a pesar de que proporciona una fuente más equilibrada de nutrientes para los seres humanos que los cereales", añade.
Como primer paso para mejorar nuestra comprensión de cómo crece, madura y produce semillas la quinoa, el equipo de Tester decidió secuenciar su genoma. Utilizaron una combinación de técnicas, incluyendo tecnologías de secuenciación de vanguardia y mapeo genético, para agrupar cromosomas completos de C. quinoa. El genoma resultante es la secuencia de quinoa de más alta calidad conseguida hasta la fecha, y ya está proporcionando información sobre los rasgos de la planta y los mecanismos de crecimiento.
"Un problema con la quinoa es que la planta produce, naturalmente, semillas de sabor amargo. Esto se debe a la acumulación de compuestos químicos, llamados saponinas, en las semillas. Hemos identificado uno de los genes que creemos que controla la producción de saponinas en la quinoa, lo que facilitaría el cultivo de plantas sin estos compuestos para hacer que las semillas tengan un sabor más dulce”, explica el investigador.
Un pseudocereal con mucho pontencial
La secuenciación del genoma de la quinoa no solo ayuda a los científicos a entenderla, sino también a modificarla para un uso comercial más extendido. Por ejemplo, los agricultores podrían usar esta información genética para aprender cómo controlar el tamaño de la planta para favorecer que sean más cortas y más compactas, para que tuvieran menos probabilidades de caer.
"Ya sabemos que la familia de la planta de quinoa es increíblemente resistente. Puede crecer en suelos pobres, salados y en altas altitudes. Es realmente una planta muy dura. La quinoa podría proporcionar una fuente de alimento sana y nutritiva para el mundo, usando tierra y agua que actualmente no se puede utilizar. El nuevo genoma da un paso más hacia este objetivo", concluyen los investigadores.
Referencia bibliográfica:
David E. Jarvis et al. "The genome of Chenopodium quinoa" Nature doi:10.1038/nature21370