Investigadores de la Universidad de Oviedo dirigidos por el catedrático de Bioquímica y Biología Molecular Carlos López-Otín han descubierto que el factor de crecimiento insulínico alarga la vida en un modelo animal de envejecimiento prematuro humano. El trabajo se publica hoy en la revista de la Academia Americana de las Ciencias, los Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
El tratamiento desarrollado en la Universidad de Oviedo permite alargar en un 25% la longevidad de ratones con progeria (envejecimiento acelerado) y plantea una nueva opción terapéutica para los pacientes afectados. Además, señalan los investigadores, este paso supone un considerable avance hacia el conocimiento de los mecanismos implicados en el desarrollo de esta enfermedad.
El equipo constató en ratones modificados genéticamente en el laboratorio que los niveles de la hormona conocida como factor de crecimiento insulínico o IGF1 eran anormalmente bajos en estas patologías. Además, observaron que la reducción en los niveles de IGF1 parecía ser responsable de algunos de los principales síntomas característicos de las progerias, lo que les impulsó a trabajar para tratar de restablecer los niveles de la hormona en este modelo animal.
“Sorprendentemente, el tratamiento con IGF1 condujo a una mejoría notable de diversas alteraciones presentes en estos ratones, incluyendo ganancia de peso, recuperación de grasa subcutánea y de la capacidad locomotora, disminución de la alopecia y un aumento significativo de su esperanza de vida”, concluyen los autores.
López-Otín destaca que este nuevo trabajo plantea una opción para mejorar la situación clínica y extender la vida de los enfermos de envejecimiento prematuro. Además, añade, supone un importante avance desde el punto de vista científico, puesto que proporciona nuevas claves sobre los mecanismos responsables del envejecimiento normal y el papel desempeñado por el sistema endocrino en este proceso.
Pioneros en el tratamiento de la progeria
En trabajos publicados anteriormente en las revistas Nature y Nature Medicine, los mismos investigadores de la Universidad de Oviedo describieron que el envejecimiento acelerado se asociaba con la activación anómala de mecanismos de protección frente al cáncer y diseñaron una estrategia farmacológica dirigida a bloquear la acumulación de la proteína aberrante responsable de esta enfermedad.
Estos trabajos han conducido a un ensayo clínico internacional abierto a día de hoy para el tratamiento de los niños que padecen esta enfermedad. José M. Pérez Freije, co-director de este trabajo, valora el carácter complementario de la estrategia farmacológica desarrollada por el equipo y este nuevo enfoque: “puesto que la estrategia derivada del presente trabajo está dirigida contra dianas moleculares diferentes, podría presentar un efecto cooperativo con la que propusimos anteriormente y podrían ser aptas para su uso combinado en humanos”.
Los investigadores que han participado en este estudio son Guillermo Mariño, Alejandro Piñeiro, Álvaro Fernández, Fernando García Osorio, Antonio Fueyo, José M. Pérez-Freije y Carlos López-Otín.
Una corta esperanza de vida
Los pacientes con síndromes de envejecimiento acelerado desarrollan durante los primeros años de vida síntomas característicos de edades avanzadas: osteoporosis, pérdida de grasa subcutánea y de pelo, y fallos cardiovasculares, entre otros. La esperanza de vida de las personas que padecen la forma de progeria más común, el síndrome de Hutchinson-Gilford, es de menos de 20 años. Se trata de enfermedades muy poco frecuentes, pero devastadoras para quienes las padecen.
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