En el hombre, el sueño se divide en dos fases principales: sueño No-REM, que ocupa la mayor parte del principio del sueño nocturno, y sueño REM, durante el que se suceden los sueños. El sueño No-REM se ha considerado siempre como una fase compensadora, de descanso del cerebro, tras una intensa actividad cerebral cuando estaba despierto. Ahora una nueva investigación muestra que el cerebro no descansa nunca.
Los investigadores del Centro de Investigación Cyclotron de la Universidad de Lieja (Bélgica) y del Departamento de Neurología del Hospital Universitario de la misma ciudad demostraron que, incluso durante las fases más profundas (conocidas como ‘sueño de ondas lentas’), el sueño No-REM no se debe considerar como una fase de reducción constante y continua de la actividad cerebral.
Según los expertos, esta fase también está caracterizada por incrementos transitorios y recurrentes de la actividad de áreas cerebrales concretas. Este hallazgo se opone a estudios anteriores de imágenes cerebrales, que mostraban una menor actividad del cerebro durante los períodos de sueño No-REM que durante los períodos de vigilia.
Elestudio, dirigido por Thanh Dang-Vu y Pierre Maquet y publicado recientemente en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), desveló que durante estas fases de sueño la actividad cerebral está profundamente influida por ritmos lentos espontáneos, también llamados ‘oscilaciones lentas’, que organizan el funcionamiento de las neuronas durante el sueño No-REM.
Mediante las imágenes de resonancia magnética funcional (RMf) combinadas con la electroencefalografía (EEG), los investigadores han comprobado que estas oscilaciones van asociadas a incrementos de la actividad cerebral durante el sueño No-REM, y por lo tanto, descartan el concepto de quiescencia que durante mucho tiempo ha presidido la caracterización del sueño No-REM.
La investigación muestra que estos incrementos de actividad están localizados en áreas cerebrales concretas, incluyendo la circunvolución frontal inferior, la circunvolución del hipocampo, el lóbulo cuadrado y la corteza cingular posterior, así como el tronco encefálico y el cerebelo.
Estos resultados mejoran nuestra comprensión de los mecanismos del sueño No-REM. Por un lado, demuestran que esta etapa es una fase de activación cerebral organizada por las oscilaciones lentas. Y por otro lado, permiten identificar las áreas cerebrales que potencialmente estarían involucradas en la generación de estas oscilaciones, que son una característica del funcionamiento del cerebro durante el sueño No-REM.
Al mostrar la activación de las áreas implicadas en el procesado de señales de la memoria, como las áreas del hipocampo, el estudio apunta hacia las funciones potenciales del sueño, sobre todo el papel del sueño en la consolidación de la memoria, cada vez mejor definido. La activación de áreas como el tronco encefálico, asociado con la excitación y la vigilia, podría indicar que estas oscilaciones de sueño No-REM son períodos de microvigilia que permiten al cerebro realizar funciones cruciales y activas, incluso durante las fases más profundas del sueño.
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Referencia bibliográfica:
Dang-Vu TT, Schabus M, Desseilles M, Albouy G, Boly M, Darsaud A, Gais S,Rauchs G, Sterpenich V, Vandewalle G, Carrier J, Moonen G, Balteau E, Degueldre C, Luxen A, Phillips C, Maquet P. "Spontaneous Neural Activity during Human Slow Wave Sleep", Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America PNAS, 150(39), 2008, p. 15160-5
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