Investigadores de Japón, EE UU y El Salvador han profundizado por primera vez en los factores de riesgo asociados a la enfermedad de Chagas en mujeres embarazadas salvadoreñas: la edad menor de 35 años y la anemia. Por ello, recomiendan introducir el análisis de sangre en torno a Trypanosoma cruzi, el parásito causante de la enfermedad, durante las visitas prenatales.
Un equipo científico de Japón, EE UU y El Salvador ha determinado los factores de riesgo asociados al mal de Chagas en mujeres embarazadas de El Salvador. De una muestra de casi 800 mujeres, los investigadores han determinado que el 3,6% estaba infectado por la enfermedad y que los principales indicadores asociados son la edad menor de 35 años y la anemia.
El chagas es una enfermedad infecciosa causada por Trypanosoma cruzi. Este parásito es inoculado en el organismo humano ante la picadura de un insecto vector, que en la mayor parte de los casos es la vinchuca (Triatoma infestans). En su fase aguda puede cursar con fiebre o malestar general, pero cuando se convierte en un problema crónico el paciente puede sufrir complicaciones cardiacas e intestinales. Por ello, los expertos advierten de la importancia de un diagnóstico precoz.
En su primera fase, la enfermedad puede no presentar síntomas, por lo que es muy importante que las mujeres embarazadas se realicen el análisis de sangre para diagnosticarla, ya que el chagas se puede transmitir de madre a hijo durante la gestación.
En el trabajo, publicado en la revista Tropical Medicine & International Health y encabezado por la científica japonesa Emi Sasagawa, los investigadores realizaron análisis de sangre y entrevistas estructuradas sobre la situación demográfica y socioeconómica a 797 mujeres embarazadas adscritas a tres centros de salud de la provincia salvadoreña de Sonsonate.
De las 797 mujeres embarazadas que participaron en el estudio, 29 (un 3’6%) estaban infectadas aunque ninguna de ellas presentaba síntomas clínicos. El estudio mostró una asociación entre seropositividad, las madres menores de 35 años y la anemia, de forma que los investigadores recomiendan “que el Programa Nacional de la enfermedad de Chagas se coordine mejor con el de salud materno-infantil para introducir el análisis de sangre en torno a Trypanosoma cruzi durante las visitas prenatales”.
Asimismo, si la restricción financiera permite que el cribado sistemático sea implementado solo parcialmente, los investigadores advierten que “los recursos deberían centrarse en las mujeres embarazadas menores de 35 años y en las mujeres que tienen anemia”.
Aunque la enfermedad de Chagas no afecta a la madre durante la gestación, es necesario que la mujer infectada tenga un seguimiento cercano. Si finalmente se transmite la enfermedad al niño, lo que se produce en un porcentaje bajo de los casos, con un diagnóstico precoz en el primer año de vida las posibilidades de curación son cercanas al 100%.
Colaboración internacional
En el trabajo han colaborado investigadores de la Universidad de Tokio (Japón), la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés), la Universidad George Washington (EE UU), el Ministerio de Salud de El Salvador, la Universidad de El Salvador y el Tsuda College (Japón).
Pese a que el chagas se considera endémico de América Latina, se ha dispersado a países desarrollados como EE UU, e incluso a países no endémicos como Francia, Inglaterra, Alemania, Japón o España, debido a la migración. Sin embargo, los expertos advierten de que se trata de una enfermedad olvidada por la falta de atención sanitaria de la mayoría de países endémicos.
Referencia bibliográfica:
Sasagawa E, Aiga H, Corado EY, Cuyuch BL, Hernández MA, Guevara AV, Romero JE, Ramos HM, Cedillos RA, Misago C, Kita K. (2014). Risk factors for Chagas disease among pregnant women in El Salvador. Tropical Medicine & International Health. DOI: 10.1111/tmi.12440