Un equipo de científicos del Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas y de las Universidades de York y Leeds, en el Reino Unido, han descubierto que grandes cantidades de ozono, aproximadamente un 50% más de lo pronosticado por los modelos climáticos más avanzados del mundo, se están destruyendo en la atmósfera inferior sobre el Océano Atlántico tropical, según publican hoy en la revista Nature. Este hallazgo tiene una importancia crucial porque el ozono de la atmósfera inferior actúa como un gas de efecto invernadero y su destrucción puede provocar la disminución del metano, otro gas de efecto invernadero.
“Por el momento es una buena noticia, ya que se está destruyendo más ozono y metano que lo que previamente se había pensado, pero el Atlántico tropical no puede considerarse como un ‘sumidero’ permanente de ozono", explica el profesor Alastair Lewis, director de Composición Atmosférica del Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas y uno de los principales científicos de este estudio, aunque advierte: "La composición de la atmósfera en esta zona se mantiene en un delicado equilibrio, y bastaría sólo un pequeño aumento de los óxidos de nitrógeno procedentes de la combustión de combustibles fósiles arrastrados hasta aquí desde Europa, África Occidental o Norteamérica por los vientos alisios, para inclinar la balanza desde un sumidero hasta una fuente de ozono”.
Los hallazgos son el resultado del análisis del primer año de mediciones realizadas desde el nuevo Observatorio Atmosférico de Cabo Verde donde se ha establecido recientemente un grupo de científicos británicos, alemanes y caboverdianos en la isla de São Vicente en el Atlántico tropical. Alertados por estos datos del Observatorio, los científicos enviaron a la atmósfera un avión para realizar las mediciones de ozono a diferentes alturas y más extensamente en todo el Atlántico tropical. Los resultados son un reflejo de los realizados en el Observatorio, que indican que en esta remota área se ha producido una importante pérdida de ozono.
Los instrumentos desarrollados en la Universidad de Leeds y situados en el Observatorio detectaron la presencia de las sustancias químicas óxido de bromo y óxido de yodo sobre el océano de esta región. Estas sustancias químicas producidas por la espuma del mar y por las emisiones del fitoplancton (plantas microscópicas que habitan en el océano) atacan el ozono descomponiéndolo. Cuando el ozono se destruye, se produce una sustancia química que ataca y destruye el gas de efecto invernadero metano. Hasta ahora ha sido imposible investigar a lo largo del tiempo la atmósfera de esta remota región debido a su inaccesibilidad física. La inclusión de estas nuevas sustancias químicas en los modelos climáticos proporcionará estimaciones más exactas del ozono y del metano en la atmósfera y mejorará las futuras predicciones climáticas.
“Este estudio constituye un claro recordatorio de que para comprender cómo funciona realmente la atmósfera es imprescindible realizar mediciones y experimentos", dice el profesor John Plane de la Universidad de Leeds, "y la producción de yodo y de bromo en la mitad del océano implica que la destrucción del ozono sobre los océanos podría ser global”.
Por su parte, la investigadora Lucy Carpenter, de la Universidad de York y coordinadora para el Reino Unido del Observatorio, añade: “Este observatorio es una instalación fabulosa que nos permitirá vigilar el equilibrio químico de la atmósfera e incorporar esta información a los modelos de clima globales para mejorar sustancialmente en el futuro las predicciones para esta región”.