Investigadores de la UAM han desarrollado un trabajo de investigación sobre los primeros útiles líticos documentados en Eurasia. Este estudio, desvela la complejidad de los comportamientos técnicos de los primeros homínidos del yacimiento de Dmanisi, cuya cronología, cercana a los dos millones de años de antigüedad, resulta la más antigua documentada hasta el momento en Europa.
El profesor Javier Baena Preysler y su equipo, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, a través de un proyecto de la Fundación Duques de Soria y el Ministerio de Asuntos Exteriores en coordinación con El Museo Nacional de Georgia, vienen colaborando en los trabajos de excavación y estudio de los restos hallados en Dmanisi. Este yacimiento es el más rico en fósiles humanos de estas cronologías localizado hasta el momento. Hasta el presente se han encontrado un total de 5 cráneos y decenas de restos correspondientes al esqueleto. Sus similitudes con H. ergaster, sugieren que estos homínidos representan las primeras especies en salir de África, dando lugar al linaje asiático de H. erectus.
Igualmente, los restos de industria localizados suponen un testimonio excepcional de la primera tecnología en herramientas de piedra elaboradas por estos homínidos, que permitió a nuestros antepasados llegar más allá de África del Este.
Las rocas seleccionadas para confeccionar esta industria lítica provienen de un entorno próximo como es habitual en estos momentos antiguos. Casi siempre seleccionaban cantos rodados de los cercanos cauces de los ríos Mashavera y Pinesauri, aunque en ocasiones también escogieron bloques y lajas angulosas. Existe una enorme variedad de rocas que supieron aprovechar, hasta un total de 21 tipos litológicos diferentes, lo cual nos indica en cierta forma la capacidad de reconocer y aprovechar cualquier roca que se pudiese tallar.
Muchos de los cantos que fueron seleccionados no están tallados, siendo seguramente empleados como percutores o yunques. Los tallados, suelen ofrecer planos naturales lisos, en los que resultaba más fácil la extracción de las primeras lascas. En los momentos más antiguos (nivel IV), la explotación se realizaba produciendo lascas sucesivas desde el mismo plano, en series muy sencillas, hasta que el borde del canto se embotaba, momento en el que era abandonado o retomado en otro plano para iniciar la misma operación.
Sin embargo, en el nivel II (un momento posterior en la ocupación) las lascas fueron obtenidas de manera alternativa en una y otra superficie del núcleo o canto, lo que permitía controlar mejor el proceso de talla, y obtener así un mayor número de lascas. El estudio de los materiales de la secuencia de este yacimiento, nos ha permitido apreciar, los primeros cambios tecnológicos que estos primeros grupos humanos sufrieron en su llegada al continente europeo.
Todo ello permite situar la industria lítica de Dmanisi, a medio camino entre las industrias consideradas como preolduvayense o modo 0 y las olduvayenses o modo 1. En Europa occidental, con una cronología un poco más reciente (1,4-0,8 MA) se encuentran industrias que siguen teniendo una tecnología olduvayense hasta algo menos de 1 millón de años. Existen buenos ejemplos de esa tecnología en yacimientos como Monte Poggiolo (Italia), Orce y Atapuerca (España).
A pesar de su sencillez, esta tecnología permitió a estos homínidos una amplia expansión geográfica, como nunca habían conocido hasta entonces, adaptándose a paisajes cada vez más alejados y diferentes del foco originario del Sur y Este de África. Dmanisi supone un importante hito en la evolución de la industria lítica a las puertas de Eurasia a través del cual se expanden los primeros grupos de homínidos.
Los resultados obtenidos en estas investigaciones han sido publicados en Quaternary Internacional.
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