Descubrimiento pionero en el control espacio-temporal de los mecanismos de expresión de los genes

El estudio de un grupo de investigadores del Centro de Regulación Genómica (CRG) que publicará Nature Cell Biology demuestra, por primera vez, el papel del proceso de traducción y la síntesis de proteínas en el control espacial de la expresión génica durante la segregación cromosómica en la división celular.

Todas las células contienen los mismos genes aunque éstas tengan funciones diferentes. A pesar de que la información necesaria para el desarrollo de las funciones vitales se encuentre en los genes, el control de la expresión de dichos genes y su traducción en proteínas son procesos esenciales que hacen que esta información se libere de forma ordenada en el momento y lugar adecuados.

Hasta hace poco se creía que el principal mecanismo de control de la expresión génica era la transcripción. En este proceso el código genético incluído en los cromosomas (ADN) se copia en forma de moléculas mensajeras (ARN mensajero). Las moléculas mensajeras se traducirán produciendo el elemento funcional para la célula: las proteínas. Últimamente se ha visto que el proceso de traducción de este ARN mensajero a proteína también es esencial para el control en la expresión de los genes.

Un equipo de investigadores del CRG liderado por Raúl Méndez ha publicado recientemente dos trabajos que demuestran la importancia de la traducción de este ARN mensajero en el control temporal de la regulación génica en la célula. En estos estudios se identificaban los mecanismos que hacen que, en un momento preciso se active o desactive la traducción.

El próximo domingo 8 de junio, la prestigiosa revista Nature Cell Biology publicará el último trabajo de este mismo equipo donde se concluye que la traducción del ARN mensajero permite no sólo el control temporal de la regulación génica sino también el control en el espacio. Si bien se creía que la síntesis de proteínas se producía deslocalizada en la célula y que después estas proteínas migraban hacia el núcleo para la división, se ha visto que el propio ARN mensajero también tiene la capacidad de dirigir la producción de proteínas en el mismo lugar donde las necesitan. El ARNm ejerce así un control en el tiempo y el espacio de la expresión génica.

Este descubrimiento, pionero en la materia, se ha estudiado concretamente en unas proteínas relacionadas con el proceso de división celular y el reparto equitativo de cromosomas entre las dos células hijas. Las proteínas en cuestión son necesarias para la segregación de los cromosomas en el momento de la división de la célula y también funcionan como mecanismo de control de la segregación. Un mal funcionamiento en estos procedimientos provocaría errores en la distribución de los cromosomas a sus células hijas. Las consecuencias que derivan son: muerte celular, formación de tumores o generación de defectos embrionarios (si se trata de división de óvulos).

Conocer mejor la regulación de la expresión génica nos permite aprender más sobre el funcionamiento de las células y, por tanto, de los organismos vivos y constituye una poderosa herramienta en la diagnosis y tratamiento de tumores.

Fuente: CRG
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