Investigadores del Instituto Español de Oceanografía (IEO) han descubierto en las Islas Canarias una nueva especie de microalga tóxica productora de ciguatoxinas, la primera que se describe en España y, probablemente, la responsable de los casos de ciguatera (intoxicación alimentaria por ingesta de peces) que se han registrado en las islas.
Santiago Fraga y Francisco Rodríguez, investigadores del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO, en colaboración con científicos de otras instituciones españolas (IRTA, CSIC y Universidad Autónoma de Madrid), han publicado en la revista Harmful Algae la descripción de una nueva especie de alga tóxica: un dinoflagelado microscópico, con un diámetro similar al de un pelo, y que vive sobre macroalgas de litorales rocosos.
La especie, denominada Gambierdiscus excentricus y descubierta en Canarias, es la primera que se describe en España y es capaz de producir ciguatoxinas y maitotoxinas, las sustancias responsables de la ciguatera, la intoxicación alimentaria no bacteriana causada por pescado más importante en el mundo.
Esta enfermedad afecta principalmente a las zonas tropicales del Pacífico, el Caribe y el Índico, pero también se han registrado casos en Canarias cuyo responsable probablemente sea esta nueva especie.
Intoxicarse con el pescado
La ciguatera se contrae al consumir un pescado que se haya alimentado con la microalga. La toxina se acumula a lo largo de la cadena trófica y son los peces carnívoros de mayor tamaño los que presentan mayores concentraciones.
La toxina no afecta a los peces, por lo que no es posible determinar visualmente qué ejemplares pueden estar contaminados y únicamente se puede determinar con análisis. Además, la ciguatoxina es estable tanto a la cocción como a la congelación y no produce olor ni sabor.
La mayoría de los síntomas son comunes a diferentes trastornos: dolor abdominal, diarrea, vómitos, fatiga,… Sin embargo pueden existir dos muy característicos e inconfundibles: uno es la inversión de la sensación térmica (sentir frío al tocar objetos calientes y calor al tocar objetos fríos), y el otro es un hormigueo en los labios y la lengua.