Descubren como se esconde el bacilo de la tuberculosis dentro del organismo

Un estudio publicado en la última edición de la revista de acceso abierto Plos Pathogens analiza la función de una población particular de células que forman parte de los granulomas que se forman después de la infección, denominadas “macrófagos espumosos”. Estas células están llenas de lípidos, que aportan nutrientes al bacilo. Los investigadores han encontrado que dentro de estas células espumosas, M. tuberculosis no se replica, pero permanece vivo y parece absorber los lípidos de la célula huésped. De hecho, los autores del estudio han observado como el mismo bacilo induce la transformación de los macrófagos en células espumosas.

Mycobacterium tuberculosis es el nombre de la principal bacteria responsable de la tuberculosis. Su relación con las personas es muy estrecha. De hecho, hace miles de años que convive con nosotros y actualmente infecta a una tercera parte de la población mundial —nada menos que dos mil millones de personas—, cosa que lo convierte en el agente infeccioso más extendido del mundo. Una de cada diez personas infectadas acabará desarrollando la enfermedad durante su vida. Cada año mueren tres millones de personas de tuberculosis.

Desde hace tiempo se investigan los mecanismos que permiten que el bacilo (bacteria en forma de bastón) pueda permanecer latente y reactivarse al cabo de unos años. Es sabido que cuando la bacteria entra dentro del organismo a través de las vías respiratorias, provoca una reacción inflamatoria y es tragado por los macrófagos de los pulmones, una especie de aspiradoras celulares que absorben los patógenos. Posteriormente, los macrófagos y otras células inmunitarias se acumulan en la zona infectada y forman lo que se denomina un granuloma, que confina la bacteria y, en condiciones normales, impide que se extienda. Esta situación se llama infección latente. En situaciones de inmunodeficiencia, el bacilo es capaz de reactivarse y provocar la enfermedad.

El estudio ha detectado como el bacilo de la tuberculosis se sirve de una de las células presentes en los granulomas, los macrófagos espumosos, para sobrevivir. Estas células están repletas de lípidos que aportan alimento a M. tuberculosis. En esta situación, la bacteria no es capaz de reproducirse, pero permanece en un estado latente y es capaz de reactivarse si se dan las condiciones propicias. Los autores del estudio también han visto como el bacilo es capaz de estimular la producción de células espumosas dentro del granuloma.

La investigación ha sido coordinada por Fréderic Altare, del Institut National de la Santé et la Recherche Médicale (INSERM) y ha contado con la participación de investigadores del Instituto de Farmacología y de Biología Estructural del Centre National de la Recherche Scientifique de Toulousse, Francia. También ha participado la Unidad de Tuberculosis Experimental del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol. Según el jefe de la unidad, Pere Joan Cardona, “los resultados de la investigación pueden ofrecer un modelo por desarrollar nuevos antimicrobianos contra la infección tuberculosa latente”.

La Unidad de Tuberculosis Experimental del hospital badalonés pertenece al Centro de Investigación Biomédica en Red de enfermedades respiratorias (Ciberes), del Instituto de Salud Carlos III.

Fuente: HGT
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