Un equipo de científicos ha descrito dos docenas de nuevas especies de dípteros pertenecientes al género Quichuana, del que solo se conocían otras 24 especies. Los investigadores, entre los que hay dos biólogos españoles, han indagado durante diez años en zonas boscosas de Centroamérica y América del Sur, y publican ahora los resultados en la revista Zoological Journal of the Linnean Society.
Un trabajo desarrollado durante diez años en bosques americanos ha dado como resultado la descripción de 24 nuevas especies de insectos del género Quichuana, también conocidos como ‘moscas de las flores’.
Este género, del que hasta ahora se conocían otras 24 especies, pertenece a la familia de los sírfidos, un grupo de aspecto similar a las abejas y las avispas, aunque de distinto orden taxonómico. El estudio se publica en la revista Zoological Journal of the Linnean Society.
Según explica a SINC María Ángeles Marcos-García, investigadora del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (CIBIO) de la Universidad de Alicante y una de las autoras de la investigación, las especies del género Quichuana “son poco conocidas porque viven en áreas boscosas tropicales en las que los estudios de insectos son aún escasos”.
En los últimos diez años se han realizado numerosos trabajos en estos bosques con el fin de “conocer y aportar datos útiles para apoyar medidas de conservación de estas áreas que albergan una biodiversidad tan alta”, indica la bióloga.
El doble de especies de Quichuana
Fruto de estos estudios es el descubrimiento de estas 24 nuevas especies, que hace que se duplique el número de las especies conocidas de este género.
“Algunos ejemplares fueron capturados en su fase de adulto, mientras volaban, y otros se han recogido como larvas y posteriormente se han criado en nuestros laboratorios hasta obtener individuos adultos”, apunta la investigadora.
Así se ha podido saber que las larvas “viven en pequeños cúmulos de agua retenida en diversas partes de las plantas” y se ha podido “establecer la relación entre la especie de insecto y su medio vegetal de desarrollo”, añade.
El descubrimiento de esta relación entre el insecto y la planta es, según la autora, “especialmente importante para el establecimiento de medidas de conservación, tanto de estas especies como de otras con las que comparten su medio de desarrollo”.
Según la entomóloga, “los sírfidos están en prácticamente todos los ecosistemas terrestres y realizan funciones biológicas tan importantes como la polinización, el reciclado de nutrientes y el control biológico de plagas al alimentarse sus larvas de otros insectos dañinos para los cultivos o las plantas ornamentales, como por ejemplo los pulgones”.
Referencia bibliográfica:
Antonio Ricarte, M. Ángeles Marcos-García, E. G. Hancock, Graham E. Rotheray. “Revision of the New World genus Quichuana Knab, 1913 (Diptera: Syrphidae), including descriptions of 24 new species”. Zoological Journal of the Linnean Society. 2012, 166, 72–131. doi: 10.1111/j.1096-3642.2012.00842.x
Solo para medios:
Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.