Hasta ahora, esta especie había sido confundida con otras muy similares. Ha sido identificada gracias al uso de técnicas moleculares, y se suma a las tres especies de cangrejo ermitaño, una de cangrejo guisante y otra de cangrejo araña también descritas en los últimos seis años en esta zona y por el mismo equipo.
Un nuevo análisis de los restos que se pensaba que eran de juveniles de esta famosa especie han resultado tener mandíbulas más estrechas, piernas más largas y brazos más grandes. La especie, Nanotyrannus lancensis, fue nombrada por primera vez hace décadas y luego reinterpretada.
Estos pequeños animales pertenecen al grupo de los gimnuros y en vez de púas tienen un pelaje más suave que sus parientes. En el hallazgo han participado científicos de la Estación Biológica de Doñana – CSIC.
Un equipo de científicos ha descubierto a estas culebras, que viven bajo tierra y son los protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, en pueblos remotos de Los Andes ecuatorianos. Habitan entre criptas y su hallazgo fue bastante fortuito.
A los miembros de la familia Dromiidae que protagonizan el #Cienciaalobestia se les conoce por ser peludos y suaves, lo que les permitiría camuflar sus patas aún más de sus depredadores. No obstante, su método de protección más característico está relacionado con las esponjas de mar.
De cuerpo similar a un mosquito, las nuevas incorporaciones del género Phyllolabis Osten Sacken se han encontrado en Madrid durante los meses de invierno. Su actividad durante esta temporada les permitiría ser de los primeros insectos en descomponer materia orgánica mientras otros están hibernando.
Dendrodoris temarana, protagonista del #Cienciaalobestia, se describió por primera vez en 1953, pero se consideró muy similar a otra especie: Dendrodoris grandiflora. Un análisis genético ha demostrado ahora que su presencia es lo suficientemente diferente como para considerarse ‘legítima’. Al tratarse de una especie pseudocríptica, sus discrepancias respecto a otros moluscos son imperceptibles para el ojo humano.
Si bien se trata de especies morfológicamente similares, un análisis genético ha demostrado que poseen suficientes diferencias como para ser consideradas especies distintas. Este hecho ha provocado la ‘resurrección’ de tres nombres científicos de galateidos que se descartaron erróneamente en el pasado.
Un equipo científico ha analizado la diversidad morfológica y molecular de los meloidos gigantes del género Berberomeloe, lo que los ha llevado al hallazgo de seis nuevas especies. El descubrimiento se ha logrado gracias al uso de datos morfológicos y muestras de ADN obtenidas de 191 aceiteras de la península ibérica y Marruecos.
Un equipo de investigadores, con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, ha descubierto dos nuevas especies de anfibios en nuestra península. Se trata del tritón ibérico meridional y el sapo partero mediterráneo. Ambas especies, con un aspecto muy similar al de otros parientes, afrontan problemas de conservación.