Una investigación internacional ha logrado descifrar el genoma de una bacteria intestinal con características probióticas, la Bifidobacterium bifidum. El estudio, publicado en la revista PNAS, aporta nueva información sobre la adaptación de las bifidobacterias a las condiciones del intestino humano.
Un trabajo internacional, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), descifra el genoma de la bacteria Bifidobacterium bifidum, y demuestra que ésta es capaz de extraer nutrientes de la mucina, una glicoproteína presente en la mucosa intestinal.
“Hasta ahora se consideraba que la degradación del mucus intestinal no era deseable en microorganismos probióticos, ya que podría dañar la mucosa”, explican Abelardo Margolles y Borja Sánchez, autores del estudio, publicado en el último número de la revista PNAS, e investigadores del CSIC.
Sin embargo, Bifidobacterium bifidum PRL2010 es capaz de adquirir nutrientes a partir de la degradación de los glicanos [compuestos constituidos por uno o más azúcares] presentes en la mucina intestinal, una glicoproteína que actúa como lubricante y protectora de la mucosa digestiva”.
“En condiciones fisiológicas normales, la mucina humana presenta una alta tasa de renovación. El estudio demuestra cómo algunas bífidobacterias, como Bifidobacterium bifidum PRL2010, pueden aprovechar esta circunstancia e incorporar a su catabolismo los productos de la degradación de estos polímeros complejos sin dañar por ello al huésped”, expone Margolles, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias.
La energía de la mucina
Los investigadores usaron técnicas proteómicas y de análisis de trascripción genética para identificar varios grupos de genes regulados de manera coordinada y presentes en el metabolismo de la mucina. Se comprobó que estos grupos estaban muy conservados en varias cepas de bacterias de la misma especie, lo que indica que el catabolismo de estos glicanos es un importante factor de colonización para ellas.
“Se trata de uno de los pocos estudios que demuestran que algunas bacterias son capaces de utilizar mucina como fuente de energía”, añade Margolles. “Aporta nueva información sobre algunos factores que modulan la ecología de la microbiota, así como sobre los mecanismos implicados en la adaptación de las bífidobacterias a las condiciones de nuestro intestino”.
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Referencia bibliográfica:
Francesca Turroni, Francesca Bottacini, Elena Foroni, Imke Mulder, Jae‐Han Kim, Aldert Zomer, Borja Sánchez, Alessandro Bidossi, Alberto Ferrarini, Vanessa Giubellini, Massimo Delledonne, Bernard Henrissat, Pedro Coutinho, Marco Oggioni, Gerald F. Fitzgerald, David Mills, Abelardo Margolles, Denise Kelly, Douwe van Sinderen, Marco Ventura. “Genome analysis of Bifidobacterium bifidum PRL2010 reveals metabolic pathways for host‐derived glycan foraging”. PNAS www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1011100107