Tras estudiar durante una década a 20.000 personas, investigadores españoles han confirmado que beber café se relaciona con una mayor longevidad. Los beneficios de la ingesta están especialmente presentes en las personas más mayores.
Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) han encontrado mayor longevidad asociada al consumo de café tras estudiar a 20.000 voluntarios, graduados universitarios de toda España, durante una media de diez años.
La investigación constató que, con paridad en factores relevantes como la edad, consumir café habitualmente se asocia significativamente a una menor mortalidad. El efecto se observó tanto en el café con cafeína como con el descafeinado; tanto soluble como de máquina.
Según los datos del estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, la protección era más fuerte en personas con 55 o más años y mostraba una clara tendencia dosis respuesta en el rango de consumo de entre 1 y 6 tazas al día.
Adela Navarro, cardióloga del Sistema Navarro de Salud y autora del estudio, afirma que ya se sabía que esos supuestos riesgos de hipertensión arterial no existían a largo plazo. “Ahora encontramos beneficios claros sobre el riesgo de mortalidad por todas las causas. Esto avala los beneficios de su consumo”.
Estefanía Toledo, profesora de la Universidad de Navarra y directora del trabajo, afirma que los resultados apuntan en la misma dirección que los de otras cohortes más recientes y que han usado métodos rigurosos para valorar el efecto del café, como el estudio EPIC o el EUREYE-Spain.
Pero un aspecto novedoso de la nueva investigación es que los beneficios se mantenían incluso con consumos de 4-6 tazas de café al día y estaban especialmente presentes en las personas más mayores, donde la mortalidad está causada fundamentalmente por enfermedades crónicas.
Así, cuanto mejor se controlaban las posibles explicaciones alternativas a la causalidad, más clara quedaba la asociación inversa: a más café, menor mortalidad total.
Según los autores, “no hay riesgo de que el estudio se vea afectados por el problema de los exconsumidores enfermos, es decir, aquellos que dejarían el café por tener ya una enfermedad previa.
Para los expertos, los beneficios tampoco podrían explicarse por un solo componente, ya que el café “es una mezcla compleja de sustancias y entre ellas muchas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias y parece lógico pensar que actúen en sinergia”.
“Cuando defendemos una dieta o unos hábitos saludables, parece que le estamos quitando a la gente todo lo que les gusta. Hay muchas personas a las que el café les encanta. Estos datos son sólidos y se conocen ya a ciencia cierta”, concluye Miguel A. Martínez-González, otro de los autores.
Referencia bibliográfica:
A. Navarro, M.A. Martínez-González, A. Gea, G. Grosso, J.M. Martín-Moreno, E. López-García, N. Martín-Calvo y E. Toledo. American Journal of Clinical Nutrition.
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