La planta de gasificación de biomasa de carácter experimental y de demostración a escala industrial que se construye en Cubillos del Sil (León), en el marco del programa de captura de CO2 de la Fundación Ciudad de la Energía está lista para empezar las pruebas. El coordinador del Programa de Aplicaciones Energéticas de la Ciuden, Alejando Guerrero, informó que las primeras pruebas de ingeniería comienzan este otoño.
El principal objetivo de esta instalación, que ocupa un imponente espacio de 100 metros cuadrados en la planta de captura experimental situada en El Bierzo, es la obtención “sostenible e innovadora de un gas a partir de la biomasa que sea apto para aplicaciones como la generación eléctrica, la oxigasificación y la fabricación de combustibles líquidos”, expone Guerrero. La capacidad de potencia del gasificador es de 3 megavatios térmicos, similar al de una instalación melliza que la empresa Inerco, coparticipante en el proyecto, posee en Sevilla. “Aquí se quiere dar un salto cualitativo”, expresa Guerrero.
El proceso para generar energía escogido es de gasificación, “en el que la fuente de combustión se caracteriza por la carencia de oxígeno”. De esta manera, la cantidad de materia que queda sin aprovechar es muy poca, del orden del 5%, el resto se descompone. La biomasa termina convertida en gas, “un combustible más limpio, sin cenizas, con un trasporte más sencillo y en el que existen quemadores ya desarrollados”.
La pretensión final no es solo el empleo de biomasa, sino, a partir de las técnicas de captura de CO2 en las que se incluye el proyecto, ofrecer un balance negativo de las emisiones de este gas de efecto invernadero. Las primeras pruebas se realizarán con pellets, para, a partir de aquí, pasar a astillas o microastillas, es decir, material vegetal no industrializado. “La finalidad es utilizar material con valor nulo o negativo”, como restos de árboles y de herbáceas procedentes de la agricultura. Los responsables de p royecto pretenden comercializar todo este proceso en 2014.
Partes del gasificador
El gasificador está compuesto por sistemas diferentes según el tipo de biomasa, un silo piramidal para astillas y una tolva para pellets. La puesta en marcha del proceso se realiza gracias al calor aportado por los gases de escape desde una cámara de 350 megavatios térmicos alimentada con gas natural. El reactor es un cuerpo cilíndrico de 6’35 metros de altura y 2’10 de diámetro. Un sistema de extracción de cenizas mediante dos ciclones mantiene limpia la estructura. Los gases son tratados con dos ciclones y el excedente se envía a una cámara.
Lecho fluido burbujeante como base optimizadora
El gasificador es un elemento fundamental a la hora producir energía con biomasa, en el que, a través de combustión, se genera la energía en forma de biogás. Generalmente, dispone como entrada de la fuente de energía de una cinta transportadora que lleva la fuente de energía a una tolva, en la parte superior de la pieza. Cíclicamente, se va recargando por un sistema de electroválvulas neumáticas, y de forma automática comprueba el nivel del caudal interno para recargar el sistema con nueva biomasa, con el fin de que funcione constantemente.En este proyecto, denominado DOTGe, el gasificador de biomasa es de lecho fluido burbujeante, que pretende conseguir la optimización económica, energética y medioambiental de esta tecnología para poder trasladar los resultados a plantas comerciales en el horizonte del año 2014.