El Buque Oceanográfico García del Cid zarpó ayer con científicos del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC) para estudiar la plataforma continental, la cabecera del cañón submarino de Cap de Creus (Girona) y los ecosistemas que habitan en este fondo submarino. Los datos de la campaña permitirán demostrar la importancia ambiental de esta área marina para que sea protegida.
El equipo multidisciplinar de biólogos marinos, oceanógrafos, geólogos y técnicos zarpó ayer desde el puerto de Palamós con rumbo al cañón de Cap de Creus, a unos cinco kilómetros de la Costa Brava. La expedición permitirá a los investigadores estudiar la situación de la plataforma continental y la cabecera del Cañón para buscar áreas que sirvan de corredores ecológicos, necesarios para mantener la funcionalidad del cañón.
La asociación ecológica WWF colabora con los científicos para que estos ecosistemas sean protegidos de la acción de las artes de fondo. La ONG reclama, además, que el cañón de Cap de Creus sea declarado como Área Marina Protegida.
“Al igual que el Cachucho, declarada Área Marina Protegida el año pasado, el cañón del Cap de Creus tiene todos los valores ambientales necesarios para su protección. Desde WWF deseamos que el sector pesquero sea uno de los máximos beneficiaros de su protección, por lo que su colaboración resulta imprescindible, tal y como sucedió con el Cachucho”, ha declarado José Luís García Varas, responsable del Programa Marino de WWF España.
Paraíso marino sin protección
El cañón de Cap de Creus es uno de los 20 paraísos marinos señalados por WWF debido a su importancia ambiental y a su carencia de protección. En 2006 se descubrió por primera vez la presencia del coral Lophelia pertusa en este enclave.
Las especies de corales de profundidad (Lophelia y Madrepora oculata) tienen importancia mundial ya que ofrecen estructuras tridimensionales, a modo de bosque sumergido, donde se refugian numerosas especies, algunas de gran interés comercial, como la langosta, la gamba, el pulpo, la merluza o el congrio.
Esta expedición es la última del proyecto nacional Deep Coral, que pretende localizar y cuantificar los corales y su estado de conservación. “En octubre de 2005 se realizó la primera campaña de prospección biológica del cañón y permitió, por primera vez, filmar la presencia de estas comunidades en el Mediterráneo”, han señalado Covadonga Orejas y Josep-María Pili, coordinadores del proyecto e investigadores del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona.
Según los expertos, los datos obtenidos hasta el momento permiten asegurar que la zona es de una elevada importancia ambiental. “Este año queremos comprobar la existencia de corredores ecológicos en la plataforma continental que mantienen los procesos ecológicos en el área”, han añadido Orejas y Gili.
A bordo del García del Cid, la expedición cuenta con un vehículo submarino ROV. Este vehículo tiene un sistema de visión submarina y se manipula por control remoto, por lo que permitirá filmar los seres que viven a cientos de metros de profundidad de la superficie y extraer muestras para que su estudio posterior en laboratorio.