Un equipo multidisciplinar del Complejo Asistencial de León ha iniciado una investigación sobre infecciones causadas por micobacterias no tuberculosas, patógenos que afectan a personas con el sistema inmune deprimido y pueden ser la causa última de su fallecimiento. El estudio, en su fase inicial y de gran recorrido en el tiempo, comprende una iniciativa novedosa: confluyen tanto una línea de investigación molecular, de carácter básico, como otra epidemiológica, de carácter clínico.
El trabajo parte de la confluencia de dos líneas de investigación encabezadas, respectivamente, por el veterinario Octavio Rivero y por el internista José Luis Mostaza. Financiado por dos proyectos de la Junta de Castilla y León y Caja Burgos, el trabajo comenzó en enero de 2008. El objetivo es indagar en las infecciones de micobacterias no tuberculosas, esto es, del mismo grupo que las que ocasionan la tuberculosis, menos agresivas que éstas, pero, sin embargo, más difíciles de pronosticar.
Estas micobacterias están ampliamente difundidas (en el agua, fundamentalmente) y pueden colonizar a muchas personas, pero sólo unas pocas, las que presentan rasgos de inmunodeficiencia, enferman. Geográficamente, los casos se localizan más frecuentemente en países desarrollados, "quizá, ésta es una de las cosas que queremos determinar, porque en aquellos lugares en los que se ha padecido tuberculosis el sistema inmune se hace más resistente", indica Mostaza. La prevalencia se sitúa en personas mayores con infecciones bronquipulmonares, personas inmunodeprimidas como los enfermos de sida y por adquisición tras implantes quirúrgicos como marcapasos. Afectan a una o dos personas de cada 100.000.
Envejecimiento de la población
Precisamente por ser poco diagnosticadas y afectar a personas mayores, "es de esperar que aumente su incidencia en los próximos años en zonas con problemas demográficos de envejecimiento como Castilla y León", indica Rivero. Por eso, el trabajo se realiza a muy largo plazo. Actualmente, el equipo de investigadores del Complejo Asistencial posee 12 muestras con las que trabajar en el aspecto molecular. "El valor de esta investigación", apunta Rivero, "es que estamos creando una base de muestras muy válida para futuras líneas". Con esas muestras, el servicio de Investigación del Hospital de León se ha centrado en estos momentos en varios genes, las citecinas y los NRAMP y SP110, que se cree que pueden ser susceptibles a la acción de estas micobacterias. "En todo caso, si fueran los responsables, ya se habrían descubierto, por lo que creemos que más bien tienen que confluir en la incidencia varios genes", apostilla el investigador molecular. La recogida de datos que se está efectuando ahora permitirá analizar otros genes si los trabajos científicos de otros lugares del planeta (en ningún otro lugar de España, excepto en León, se realiza este tipo de investigación) aventuran incidencias diferentes.
El trabajo llevará entre 6 y 10 años la fase de recopilación de datos para tener una muestra suficiente de pacientes, en torno a los 100. Entonces se podrán conocer las primeras conclusiones. En las perpectivas del trabajo, no obstante, se establece que las primeras publicaciones en revistas científicas se realicen dentro de dos años. Concluido ese periodo de tiempo, cuando la muestra sea significativa, la línea investigadora epidemiológica se abrirá.
Qué son las micobacterias
Las micobacterias son bacterias aerobias, esto es, acceden al ser que colonizan a través del sistema respiratorio. Estos microorganismos están ampliamente distribuidos, típicamente se las encuentra en el agua y en los alimentos. Por ello, miles de millones de personas, quizá usted mismo, están afectados por ellas, pero nunca desarrollarán sus síntomas. Las micobacterias se pueden clasificar en varios grupos con objeto de diagnóstico y tratamiento. Las más común es la Mycobacterium tuberculosis, que causa la tuberculosis. Las denominación de 'micobacterias no tuberculosas' comprende a las otras especies de micobacterias que pueden causar trastornos pulmonares.