Un estudio de las aves paseriformes en Picos de Europa valora los efectos del cambio climático

El Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA), asociación dedicada a la investigación zoológica y la educación medioambiental, desarrolla desde el año 2003 un estudio de las poblaciones de tres especies de paseriformes alpinas en el Parque Nacional de Picos de Europa (acentor alpino, gorrión alpino y chova piquigualda). Estas aves son representativas del ecosistema de la zona, por lo que el estudio continuado de su distribución puede ofrecer pistas sobre los efectos del cambio climático en el lugar, así como de la influencia de actividades humanas como la ganadería o el turismo. Las campañas de estudio se basan en el voluntariado, y la próxima comienza este mismo mes de junio.

Gorrión alpino (Montifringilla nivalis).
Gorrión alpino (Montifringilla nivalis). Foto: Juan Fernández.

Las paseriformes alpinas pertenecen al gran grupo de las Passeriformes, que abarca más de la mitad de las especies de aves. El acentor alpino (Prunella collares), el gorrión alpino (Montifringilla nivalis) y la chova piquigualda (Pyrrhocorax graculus) "son especies muy ligadas al medio alpino, por lo que cualquier cambio en el hábitat va a influir en su población", explica a DiCYT Isabel Roa, bióloga del GIA y coordinadora del programa de voluntariado que realiza las campañas de estudio. Estas especies habitan en roquedos y pastizales de Picos de Europa, ecosistemas por encima de los 1.600 metros con condiciones climáticas son extremas (fuertes vientos y prolongados períodos de nieve), lo permite el crecimiento de plantas de pequeño tamaño y arbustos almohadillados.

Según Roa, hay otras especies que habitan en este tipo de ecosistemas alpinos (colirrojos o bisbita alpino, por ejemplo), "pero no son tan específicas". Por esta razón, los expertos del GIA realizan un seguimiento de las tres especies citadas durante la época reproductora, que comienza a principios de junio y se prolonga hasta mediados de agosto (época en la que las tres especies habitan en este medio, puesto que en el invierno realizan cortas migraciones). Los objetivos del seguimiento son "conocer la distribución de las poblaciones, así como el uso y selección del hábitat y la variación diaria y estacional de los diversos comportamientos" de estas especies de paseriformes.

Paseriformes extinguidos en el sur
Para ello, los voluntarios del GIA realizan estancias de quince días en las tres zonas de estudio escogidas (Collado Jermoso, León; Vega d´Urriellu, Asturias; Puertos de Áliva, Cantabria; y el Macizo Central), para obtener datos como el número de contactos de cada especie y el tipo de comportamiento de la misma a lo largo de un trayecto determinado previamente, realizando tres observaciones diarias a lo largo de la estación reproductora. Los datos se obtienen mediante observación (identificación visual y auditiva de las especies) y el anillamiento científico, que "permite un seguimiento más individualizado de los ejemplares". Los datos obtenidos se marcan en una ortofotografía digital de la zona para localizar de forma precisa los ejemplares detectados sobre el terreno. Posteriormente, los registros se incluyen en una base de datos.

Este tipo de estudios son importantes para comprobar cómo influyen determinados aspectos como el cambio climático o la acción directa del hombre (ganadería, turismo) en estos ecosistemas. Por su situación meridional y su poca altitud, Picos de Europa es una zona sensible al aumento de temperatura, lo cual podría alterar el hábitat potencial de estas especies y permitiría la llegada de otras nuevas. De hecho, ya hay ejemplos de extinción de paseriformes alpinos en España, ya que hace un siglo dos de estas especies (el gorrión alpino y la chova piquigualda) se podían encontrar en Sierra Nevada (Granada). Sin embargo, para que este estudio sea significativo se tienen que acumular datos de "muchos años", ya que un hecho inusual como encontrar otro tipo de especies en este medio puede deberse a condiciones puntuales como la sobreabundancia de comida. Los paseriformes alpinos se están utilizando para realizar estudios similares en otros parques nacionales como los de Ordesa y Monte Perdido, en Huesca.

Desaparición del urogallo a finales del siglo XXI
Los estudios sobre la influencia del clima en las aves son una de las herramientas que utilizan los científicos para analizar el fenómeno del cambio climático. A comienzos de este año, la organización ecologista SEO/BirdLife publicó el Atlas climático de las aves reproductoras en Europa, un estudio en el que se pronostica que, "sin acción enérgica e inmediata para frenar el cambio climático, la futura distribución potencial de una especie de ave europea típica se trasladará un promedio de 550 kilómetros al noreste a finales de este siglo, y se verá reducida en un 20 por ciento". Según dicho estudio, serán las aves árticas y sub-árticas, y algunas especies ibéricas, las que experimentarán la mayor pérdida de distribución potencial. Un ejemplo es el urogallo común (Tetrao urogallus), especie que habita en la montaña cantábrica y pirenáica y que, según las predicciones de SEO/BirdLife (basadas en un aumento de temperatura global de 3º C) desaparecería de la península a finales del siglo XXI.

Fuente: DiCYT
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