Además del secuestro de los gases de efecto invernadero de la atmósfera, hay que apostar por restaurar la naturaleza, según Alícia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF. El énfasis, señala, tiene que ir más allá del clima, para atender también otras necesidades como lo que vamos a respirar, comer o beber.
Alícia Pérez-Porro es licenciada y doctora en Biodiversidad por la Universidad de Barcelona. Tras su etapa de formación —que incluye un paso por la Universidad de Harvard (EE UU), para investigar sobre esponjas marinas y un máster en Relaciones Internacionales y Diplomacia en la Fletcher School (EE UU)—, cofundó el colectivo Ellas Lideran, en defensa de la igualdad de género y la justicia social en la acción climática.
Hoy, como coordinadora científica del Centro de Investigaciones Ecológicas y Aplicaciones Forestales (CREAF), trabaja en el apoyo de la ciencia a las políticas públicas. De ahí que en estos días se encuentre en la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebra hasta el 12 de diciembre, en la ciudad de Dubái, de los Emiratos Árabes Unidos. Desde allí nos atiende.
Frente a las negociaciones de las cumbres, se menciona el hecho de apostarlo todo a los mecanismos que incluyen instrumentos financieros, soslayando el objetivo de dejar de contaminar, ¿cuál es su posición?
Pienso que no vamos a solucionar esta crisis a base de tecnologías que se dediquen a la absorción y secuestro de carbono. La mitigación tiene que basarse sí o sí en no usar combustibles fósiles. Si hablamos de mitigación, hoy resulta imprescindible dejar de liberar a la atmósfera emisiones de la quema de esos combustibles.
Tampoco podemos dejar de lado las soluciones basadas en la naturaleza. Nuestra supervivencia como especie va mucho más allá del clima. No solo hay que calcular que las temperaturas no aumenten, sino pensar qué vamos a comer, qué vamos a beber, cómo vamos a respirar. Tenemos que poner a la naturaleza en un lugar central, nosotros somos también naturaleza.
Sería un error (como ponerse orejeras de burro) estar mirando solamente la descarbonización de la economía o la de la industria y la de nuestras ciudades
Conservar, restaurar los ecosistemas y su funcionalidad resultan cruciales, porque los servicios ecosistémicos también forman parte de nuestro futuro. Sería un error (como ponerse orejeras de burro) estar mirando solamente la descarbonización de la economía o la de la industria y la de nuestras ciudades. Dejemos de tener esta visión de túnel únicamente hacia las emisiones de carbono y empecemos a poner el foco en todo lo que pasa con la biodiversidad.
En esta COP28, ¿cómo se enfrentan los científicos a las reclamaciones que hacen distintas organizaciones de ir más allá de la protección del 30 % de los hábitats de la Tierra para 2030?
A día de hoy, probablemente el 95 % de los jefes de Estado saben que la ciencia apoya y corrobora que la crisis climática viene de la quema de combustibles fósiles. Entonces, hasta me parece anecdótico que el presidente de la COP28 haya dicho esto [que no hay ciencia que demuestre la necesidad de acabar con los combustibles fósiles].
Ya prácticamente nadie lo niega, pero… justamente, ¿por qué es controvertida esta COP? Porque estamos en uno de los principales países productores de petróleo y quien ejerce de presidente es una persona muy relevante en la industria del gas y del petróleo. Entonces, no me esperaba menos. A nadie le sorprende, pero es un caso aislado. Aunque este tipo de cosas no tendrían que pasar.
En las COP sí se dan pasos adelante: por ejemplo, ahora los gobiernos subnacionales se organizan y hacen sus propios acuerdos. Esto es ambición climática
¿Qué tienen que hacer las delegaciones de los Estados que están allí negociando para contrarrestar el escepticismo de la opinión pública frente a las cumbres?
Aumentar la ambición climática y empujar. Hay muchos Estados que están en ese papel, pero todas las cuestiones se toman por consenso en la ONU. Esto no quiere decir que las COP no sirvan o que no estemos haciendo progresos. Voy a destacar, en este sentido, el papel de los gobiernos subnacionales, a los que al principio no se les dedicaba ni un minuto y que cada vez tienen más voz en este tipo de foros. Porque aunque sean los Estados los que deciden, quienes implementan son los gobiernos subnacionales (los locales, los regionales), y ahora ya hay muchas voces que están pidiendo que se aumente el papel de estos gobiernos en este tipo de encuentros. Este paso adelante se refleja en que los gobiernos subnacionales ahora se organizan al margen de la COP y hacen sus propios acuerdos. Esto es ambición climática también.
¿Podría darme algún ejemplo de su actuación en esta cumbre?
Hace unos días se presentó una alianza Mediterranean Climate Action Partnership (MCAP). En torno al MCAP se han asociado 14 regiones del mundo con clima mediterráneo, para pasarse tips, información científica, compartir buenas prácticas y pensar conjuntamente cómo solucionar problemas comunes. Porque tienen el mismo clima y porque se ha demostrado que la mediterránea es la segunda región del mundo más afectada por el calentamiento global después del Ártico. El clima de la región mediterránea se está calentando un 20 % más rápido que la media mundial.
¿El calentamiento acelerado de la región mediterránea tiene que ver con la condición de los ecosistemas o con la concentración de emisiones?
Es por la tipología del clima. Porque tiene unas características que están siendo alteradas. Sus cuatro estaciones bien definidas y su régimen de lluvias se está alterando de una manera drástica.
¿Cuáles son las expectativas de mínimos y de máximos que tienen los científicos con esta COP?
Que se va a acabar la quema de combustibles fósiles, por supuesto, pero esto sería una gratísima sorpresa que ya se diluyó el año pasado. Un tema importante es la presentación de la evaluación global acerca de cómo vamos, cómo lo estamos haciendo (lleva 5 años desarrollándose) y esto va a marcar la ruta hacia el texto final, en función de los resultados que se han ido obteniendo con la acción climática de los últimos años.
Las mujeres estamos más afectadas por los efectos del calentamiento global, al tiempo que estamos menos representadas en empresas y negocios clave para la transición ecológica
Lo posible, lo viable, es que haya una mención a los combustibles fósiles. También es posible que salga el tema de la financiación, quién lo paga, cómo se paga, y cómo vamos a reforzar el sistema económico para llegar adonde tiene que llegar. Los esfuerzos se están poniendo ahí.
Usted ha trabajado en temas de igualdad de género contra el cambio climático, ¿Cómo se puede contribuir a esa causa con una sociedad más igualitaria?
Es una conexión múltiple: las mujeres estamos más afectadas por los efectos del calentamiento global, al tiempo que ocupamos menos posiciones y estamos menos representadas en empresas y negocios clave para la transición ecológica.
Días atrás, hubo aquí indignación colectiva tras un acto en el que se percibió claramente esa pátina de sexismo que conocemos. En esa sesión participaba la expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, a quien no se dejaba hablar, se la interrumpía todo el tiempo.
¿Si las mujeres estuviéramos mejor representadas habría más concreciones hacia la mitigación de los efectos del calentamiento global?
Es lógica aplastante: si no tienes al 50 % de los cerebros pensantes de la humanidad involucrados en buscar y crear soluciones, e implantar mecanismos, está clarísimo que nos faltan ideas. Hacen falta ideas variadas y para tenerlas hace falta diversidad de perfiles, no solo en cuanto al género, también en cuanto a experiencias de vida, nivel económico, etcétera.
¿Qué se ha avanzado hasta el día de hoy en esta Cumbre del Clima?
La primera semana de las COP es muy técnica. Sin embargo, en temas de financiación, los expertos están con sensaciones positivas, porque el hecho de que la Conferencia comenzara con la aprobación del fondo de ‘pérdidas y daños’ significa un buen inicio. La semana que viene se va a empezar a teclear el texto del acuerdo.
Algo que me gustaría destacar es que el nivel de contaminación de Dubái es estratosférico: resulta muy significativo que estemos celebrando una COP en un lugar en el que cuesta respirar.