A caballo entre Argelia, Francia y España, esta investigadora trabaja con un solo objetivo: encontrar dianas terapéuticas para los tumores. Tras ser seleccionada en el programa Ellas Investigan, realiza una instancia sobre inmunoterapia en el grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas en Madrid.
Mujer, científica y africana, Hayet Rafa (Argel, 1979) podría haber tenido multitud de obstáculos en su trayectoria profesional hasta desarrollar sus trabajos sobre cáncer. Pero no ha sido así. “En Argelia, muchas personas en el ministerio y jefas de equipo son mujeres”, cuenta a SINC la investigadora del departamento de Células y Biología Molecular de la Universidad de Ciencias y Tecnología Houari Boumediene, en Argel.
En 2019, Rafa fue reconocida en su país con el premio nacional Roche-Atrss sobre investigación en cáncer colorrectal. Su proyecto pretendía encontrar biomarcadores para la progresión tumoral, así como dianas terapéuticas. Fue el que presentó para otro programa, Ellas Investigan (Woman for Science) de la Fundación Mujeres por África.
Gracias a esta iniciativa, que apoya a mujeres africanas con un alto nivel académico y que pretende ser un intercambio entre centros y países, la investigadora argelina está haciendo ahora una estancia de seis meses, de la que se solicitó una extensión antes de la crisis de la COVID-19, en el grupo de Melanoma del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) como investigadora visitante.
¿En qué se centra la investigación que está desarrollando en el CNIO?
El grupo ya está trabajando para encontrar nuevas dianas terapéuticas y biomarcadores. Lo que se ha descubierto es que una proteína, que es secretada por las células cancerosas del melanoma, está implicada en su progresión. El objetivo ahora es ver si es proteína tiene un impacto sobre el sistema inmunitario.
¿Cuál es su función en el proyecto?
Yo trabajo con una población de linfocitos que llamamos los TReg, los reguladores de las células T, que están implicadas en la regulación de la respuesta inmune. En el caso de tener cáncer, pasa lo contrario: pueden inhibir las funciones de las células inmunitarias que deberían matar a las cancerosas. Así las células cancerígenas utilizan esta población de linfocitos TReg para escapar a la respuesta antitumoral.
¿Qué ocurre en los pacientes con melanoma cuando se les aplica la inmunoterapia?
En los ensayos clínicos de pacientes tratados por melanoma nos hemos dado cuenta de que hay tres tipos: pacientes que responden al tratamiento; otros que responden durante dos o tres años y después desarrollan resistencia; y un tercer tipo de enfermos que no responde a la inmunoterapia. Nosotros estamos centrándonos en el segundo grupo porque queremos averiguar por qué responden bien al tratamiento al principio y después fallan.
¿Y qué creen que puede estar pasando en este caso?
Nuestra hipótesis es que la célula cancerosa puede comunicarse con el sistema inmunitario, lo que llamamos cross-talk –comunicación entre las células tumorales y las del microambiente–. Entre ellas habría una señal que bloquearía la respuesta antitumoral y provocaría la resistencia.
El cáncer afecta a las personas de manera muy diferente. Con estos tratamientos hablamos de medicina personalizada en cada caso. ¿Será una de las soluciones para tratar el cáncer?
Sí, es un tratamiento a la carta. Desde el punto de vista de la investigación es caro, pero si tuviéramos un tratamiento que diéramos a todos los pacientes con el mismo tipo de cáncer, nos daríamos cuenta de que hay pacientes que reaccionan y otros no. Sería una pérdida de tiempo y de dinero.
Ocurre algo similar con las enfermedades autoinmunes. Todas se parecen un poco, pero cada paciente requiere un tratamiento diferente.
Efectivamente. Trabajé hace tiempo en enfermedades crónicas del intestino con un carácter autoinmunitario como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa hemorrágica. Las dos pertenecen a la misma familia de patologías, pero hay una gran diferencia desde el punto de vista inmunológico. En el caso del cáncer pasa lo mismo, hay que adaptar el tratamiento en función del tipo de cáncer y del propio paciente.
A la hora de diseñar un tratamiento, ¿en qué rasgos de la persona se fijan más? ¿Influye la edad u otras características?
Los experimentos que hemos desarrollado demuestran que la edad no influye tanto. En general, los criterios son los factores genéticos porque hay mutaciones que aparecen en un paciente y que podrían no encontrarse en otro. Este factor se asociará con otro inmunológico. Voy a desarrollar un proyecto con el Instituto Pasteur de Lille y Argelia para establecer cartografías individuales asociando el perfil genético y el inmunológico de cada paciente. Nos hemos dado cuenta de que no es suficiente con observar el perfil genético y adaptar el tratamiento. Hay que considerar también el perfil inmunológico para la medicina personalizada.
La inmunoterapia es posiblemente uno de los mayores avances médicos en el tratamiento del cáncer, pero es aún muy reciente. ¿Cuándo cree que será una realidad para pacientes y hospitales?
Es verdad que lleva tiempo, a veces años, aprobar un tratamiento. Por otro lado, la inmunoterapia está dando buenos resultados, pero también nos hemos dado cuenta de que algunos pacientes no responden. En el caso del cáncer colorrectal, hemos observado que hay varios tipos de este cáncer y dentro de cada de uno se puede clasificar a los pacientes en subgrupos. Aquí, el 15-20 % de pacientes con cáncer tiene un perfil genético diferente al de la mayoría. Por desgracia, solo ese porcentaje responde al tratamiento. La mayoría no, por eso estamos buscando la diferencia entre estos grupos.
La investigadora Hayet Rafa en Madrid. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)
Comparado a otros tratamientos, más agresivos, ¿qué ventajas aporta la inmunoterapia?
Hay algunas, pero después de varios ensayos clínicos nos hemos dado cuenta de que no podemos excluir la terapia convencional. Cuando hablamos de tratamiento es en realidad una combinación entre la inmunoterapia y la quimio o radioterapia en función del tipo de cáncer.
¿Cuáles son los cánceres más difíciles de tratar?
Son los sólidos, como el colorrectal o el melanoma, porque cuesta más llegar a las células cancerosas, y además estas pueden crear un entorno inmunosupresor. Así lo tienen más fácil para escapar de la respuesta antitumoral.
Pero la metástasis es más probable en los tumores líquidos como la leucemia ¿verdad?
Sí, por supuesto, por eso aplicamos la inmunoterapia a pacientes con cánceres metastásicos. Para los otros por ahora funciona mejor la terapia convencional como la quimio o la radio.
Al llegar al CNIO me ha llamado la atención la frase “Stop Cancer” en la entrada. Es un solo eslogan para detener el cáncer, pero por ahora son necesarias diversas estrategias…
Eso es… No hay una sola respuesta, pero hay una esperanza. Seguimos trabajando para que algún día podamos decir “Stop Cancer”. El problema con esta enfermedad es que hay varios factores que podemos controlar y tratar antes de que surja la enfermedad.
¿A qué factores se refiere?
Son los factores de riesgo, como por ejemplo el estrés. Es mejor no estresarse, pero ¿realmente podemos hacerlo? Tampoco hay que comer cualquier cosa. Hay varios factores y a todos ellos se añade el genético. Cada persona tiene una predisposición genética.
Teniendo en cuenta estos factores del entorno con antelación, ¿cree que es posible prever la aparición del cáncer?
Sí, y en ese sentido hay que sensibilizar a la población. Por un lado, avanzamos para encontrar tratamientos efectivos, pero de manera paralela, creo que hay que sensibilizar a las personas.
¿Podemos evitar el cáncer?
Sí. No hay que esperar a que llegue el cáncer y tratarse. Hay que prevenir.
Sin embargo las personas no parecen estar muy concienciadas al respecto…
Exactamente. Yo misma me lo aplico a mi propia vida. Desde que investigo el cáncer colorrectal no bebo cualquier cosa. Mantengo una alimentación sana. Hay que cuidarse. La actividad física y el deporte también son importantes.
¿En qué situación se encuentra la investigación de su país?
Realizamos proyectos de innovación como otros países, pero en nuestro caso el problema son los medios. En mi opinión, habría que trabajar en este aspecto. No tenemos medios o plataformas especializadas, por eso siempre buscamos colaboraciones con centros extranjeros.
Hayet Rafa durante la entrevista en el CNIO. / Álvaro Muñoz Guzmán (SINC)