Carlos Delgado Kloos es Catedrático de Ingeniería Telemática en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), donde además es Vicerrector de Infraestructuras y Medio Ambiente. En la actualidad es el representante español en el comité técnico TC3 sobre educación de IFIP, la Federación Internacional de Procesamiento de Información y coordina la red eMadrid, cuyo principal objetivo es fomentar la investigación y el desarrollo en el ámbito del e-learning en la Comunidad de Madrid.
UNI-CIENCIA trata de acercar el trabajo del investigador de la universidad a la ciudadanía. ¿Qué puede aportar la universidad a la sociedad en este sentido?
En la universidad se realiza la mayor parte de la investigación en España. Esta investigación debe ayudar a mejorar la sociedad. En muchas ocasiones no se difunden adecuadamente los resultados de esta investigación. Es por ello que iniciativas como ésta sirven para explicar mejor estos resultados a la ciudadanía, al tiempo que sirven para que se valore mejor la investigación realizada por la universidad por parte de la sociedad.
La mesa en la que participa orbita sobre la educación e investigación como claves para el futuro de la sociedad. ¿Qué percepción tiene la sociedad sobre ello?
Quizás la sociedad en general no sea suficientemente consciente de la importancia tanto de la educación como de la investigación para el futuro y bienestar de la propia sociedad. Una sociedad educada es una sociedad mejor preparada para afrontar los retos del futuro. La investigación es motor de progreso y de avance. Sirve para dar respuesta a los retos que tenemos en la sociedad en sus distintos ámbitos. Es fuente de riqueza y creatividad.
¿Qué influencia tienen las nuevas tecnologías en la educación?
Las nuevas tecnologías han revolucionado muchos sectores. En algunas ocasiones ni nos hemos dado cuenta. Por ejemplo, el mundo de la fotografía ha cambiado en los últimos años de una forma disruptiva. Las cámaras fotográficas con carrete que había de ser revelado ya son cosa del pasado. La forma de hacer fotos, de compartirlas, los dispositivos que utilizamos para ello, las empresas que intervenían en el ciclo de vida de la foto, los usos de las fotos… han cambiado radicalmente. Pero lo mismo ha ocurrido o está ocurriendo con muchos otros sectores, como la música, las películas, los libros, el acceso a la información, las noticias, el comercio, etc. No hay nada que pueda impedir que la tecnología no afecte profundamente al sector de la educación. Y lo hará para mejorar y trastocar muchos aspectos de la educación. Numerosas iniciativas ya lo están demostrando en la actualidad. Por poner solo un ejemplo, mencionemos iniciativas de MOOC (massive open online courses) como Udacity, MITx (edX), Coursera, Udemy, etc. a través las que se están impartiendo cursos con cientos de miles de alumnos de forma totalmente online. Estas iniciativas están promovidas por universidades de prestigio, como Stanford, MIT y otras. Muy pronto se empezarán a dar certificados por haber superado estos cursos. Esto puede cambiar de forma dramática el orden mundial de la educación superior en unos años.
¿Cree que han cambiado las formas de enseñar?
Las formas de enseñar están fuertemente ligadas a las herramientas de las que se dispone para enseñar y, por otra parte, a las metodologías docentes utilizadas, que también vienen mediadas por las herramientas disponibles. La pizarra de tiza fue introducida hace 200 años y Powerpoint hace 20 años aproximadamente. Aunque ambas herramientas se siguen utilizando, está claro que tenemos a nuestra disposición muchas herramientas tecnológicas que nos permiten una enseñanza mucho más rica y variada, sea esta enseñanza presencial o a distancia. Esto lo hemos visto en el Máster online sobre e-learning que impartimos en la UC3M (learn.uc3m.es). La versión que impartimos el curso que viene será mucho más rica y atractiva que la impartíamos hace unos pocos años que era más textual y sencilla. Por otra parte, las metodologías docentes también han ido cambiando fomentando más el trabajo en grupo, la construcción, la auto-reflexión, la evaluación formativa, etc.
Y la forma de aprender, ¿ha evolucionado?
En la actualidad hay múltiples fuentes de información que pueden ayudar al alumno a estudiar y a comprender conceptos. El profesor, la clase, los libros y los apuntes ya no son la única fuente de conocimiento. En la red hay múltiples recursos a los que se puede acudir. Nos referimos a tutoriales, vídeos explicativos, animaciones, artículos de Wikipedia, seminarios online o webcasts. Esto cambia la forma en la que se aprenden nuevos conceptos y qué conceptos se aprenden. Por otra parte, la interacción profesor-alumno y entre alumnos ha cambiado también. La colaboración ahora transcurre de otra forma y por otros medios y ayudan al aprendizaje de forma distinta. Las redes sociales y los dispositivos móviles proveen de nuevas formas de colaboración con una granularidad menor y una mayor inmediatez.
¿Hacia dónde cree que nos dirigimos en el ámbito de la educación?
Nos dirigimos a un incremento del apoyo tecnológico a la educación. El modelo del profesor explicando en la pizarra a los alumnos es algo del pasado, si se quiere de la era industrial. En la era de la información se propician otras metodologías educativas y otras herramientas que haciendo uso de las TIC pueden mejorar considerablemente la eficacia del sistema educativo. Algunos ejemplos concretos, además de los MOOC ya mencionados, pueden ser los libros de texto electrónicos, el uso educativo de las redes sociales, los tutores inteligentes, la monitorización del estudio, la creación rápida de materiales educativos, los nuevos sistemas de evaluación, los juegos serios, los mundos virtuales 3D y la realidad aumentada, el uso de dispositivos móviles para la educación. Por otra parte, es necesario también una revisión de las competencias a enseñar en este mundo globalizado y de tan rápido cambio.
¿Hasta qué punto es importante la investigación en el sector de la educación?
La educación es todavía un tema mal resuelto. Hay demasiado fracaso escolar y como dijimos antes una buena educación es esencial para el desarrollo y avance de una sociedad, de un país. La tecnología ofrece increíbles posibilidades de mejora en este sector. Es por ello que investigar cómo la tecnología puede mejorar la educación es importantísimo. Quiero mencionar aquí la red eMadrid que coordino sobre investigación y desarrollo de tecnologías de apoyo al aprendizaje en la Comunidad de Madrid (www.emadridnet.org). Esta red organiza todos los meses seminarios de difusión sobre temas de e-learning y celebra los días 18 y 19 junio 2012 unas jornadas sobre el e-learning 2.0, es decir, el uso de la web 2.0 y las redes sociales en educación. Las jornadas del año pasado versaron sobre el m-learning, o uso de dispositivos móviles en educación. Todos ellos son temas apasionantes, que tendrán un impacto importante en educación.
¿Qué medidas se podrían adoptar para mejorar los resultados educativos?
Hay muchas medidas que se podrían adoptar, pero, por brevedad, vamos a centrarnos en dos, que en la actualidad están ganando en importancia. Imaginemos que pudiéramos capturar de una forma detallada el aprovechamiento de un estudiante, en el sentido de conocer dónde falla, qué partes entiende y cuáles no, pero a nivel muy detallado. Esto podría ayudar en varios sentidos: al estudiante para volverle a explicar aquellas partes que no entiende tan bien; al profesor o tutor a tener una visión general más precisa del estado de su clase y adaptar sus explicaciones generales para llegar mejor a sus alumnos o propiciar que unos ayuden a otros; al diseñador del curso, a adaptar el curso para seleccionar mejor los temas y su desarrollo, de tal forma que el diseño fuese mejorando en sucesivos años y los distintos alumnos no tropezaran repetitivamente en las mismas partes; al diseñador instruccional a mejorar las metodologías pedagógicas. Para conseguir esto es necesario capturar a nivel microscópico las actividades del estudiante. Pero esto es ahora posible con la tecnología. Una nueva disciplina llamada “learning analytics” está emergiendo, que persigue justamente estos objetivos.
¿Y cuál sería la otra medida?
Una segunda medida podría ser la introducción de elementos de “gamificación” en el estudio. Los jóvenes pasan muchísimas horas delante de juegos online. Los mismos jóvenes que tienen dificultades de concentración en el estudio, están motivados para jugar delante del ordenador o de la consola de juegos durante largos periodos de tiempo. ¿Y si se utilizasen las técnicas que hacen atractivos los juegos en la educación? Esto es lo que se entiende por este anglicismo de gamificación, utilizar técnicas de juegos en otros ámbitos. Estas técnicas de incentivación, que se están utilizando en marketing, para incrementar el número de visitas a páginas web o para incentivar ciertos procesos, son igualmente aplicables en educación. En última instancia se pretende introducir elementos de emoción, que hagan el estudio más apetecible.