Clara Martín, del centro de investigación vasco BCBL, acaba de conseguir 1,9 millones de euros de la Comisión Europea para llevar a cabo un estudio sobre ortografía y bilingüismo. Su trabajo tiene implicaciones en el tratamiento de trastornos del lenguaje, como la dislexia, y en el aprendizaje de lenguas.
La investigadora del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) Clara Martín estudiará la forma en que la ortografía afecta a la percepción y la producción de sonidos de los niños cuando están aprendiendo a leer.
Martín ha sido una de las elegidas por la iniciativa Consolidator Grant 2018, que tiene por objetivo fomentar la excelencia en la investigación y cuenta con una dotación global de 573 millones de euros.
La experta del BCBL ha obtenido una financiación de 1,9 millones de euros de la Comisión Europea al haber sido seleccionado su proyecto, junto a otros 291 de la Unión Europea.
“Primero vamos a demostrar que la percepción y la producción de fonemas de los niños cambia durante el aprendizaje de la lectura, es decir, el aprendizaje de las reglas de conversión sonido-letra o fonema-grafema”, explica a Sinc Clara Martín.
“Por ejemplo, predecimos que la producción del sonido /b/ de ‘baño’ cambia cuando los niños aprenden que este sonido se puede escribir tanto ‘b’ como ‘v’ (como en ‘vaso’)”, continúa. “Este reajuste de las representaciones de sonidos depende tanto del nivel de lectura como de la estabilidad de estas representaciones antes de aprender a leer”.
Su equipo testeará la percepción y producción de sonidos tanto en niños con desarrollo típico como en niños disléxicos y con implantes cocleares, que tienen representaciones de sonidos inestables. Además, pretenden demostrar que las representaciones de sonidos pasan por un extrareajuste durante el aprendizaje de una segunda lengua en los bilingües.
“Vamos a explorar cómo los sonidos de la lengua materna cambian con el aprendizaje de la lectura en una segunda lengua, y como el aprendizaje de los sonidos de la segunda lengua está afectado por la ortografía de la lengua materna”, añade Martín.
Un ejemplo sería cómo la percepción y producción del sonido /b/ cambia cuando un nativo del castellano aprende francés –en el que este sonido se escribe solo con la letra ‘b’, no como en la lengua castellana).
Este proyecto aportará novedades sobre las representaciones de las lenguas en el cerebro de monolingües y bilingües. “Pretendemos demostrar que la manera de producir y percibir un fonema depende de nuestros sistemas ortográficos”, subraya Clara Martín.
Es decir, que la producción y la percepción del sonido /b/ no es estrictamente similar en monolingües nativos del castellano o del francés, ni en bilingües castellano-francés o francés-castellano. De ahí su aplicación en educación, ya que procurará información nueva para mejorar la docencia oral y escrita de lenguas.
La investigadora explorará como los sonidos de la lengua materna cambian con el aprendizaje de la lectura en una segunda lengua. / BCBL
Este trabajo tendrá también implicaciones para la clínica. “Vamos a explorar por primera vez la incidencia de la dislexia sobre la producción y percepción de fonemas, lo cual será importante tanto para las teorías sobre el trastorno como para su corrección”, indica la investigadora del BCBL.
“Esperamos también demostrar que el nivel de lectura obtenido por niños con implantes cocleares depende de la estabilidad de las representaciones de los fonemas”, apunta. “Eso tendrá importancia en la mejora de nuestro conocimiento sobre el aprendizaje de lenguas y la optimización de la lectura en estos niños”.
El propósito de este estudio es resaltar el valor de analizar el cerebro tanto de las personas monolingües como de las multilingües. “Vamos a proporcionar nueva evidencia de que el cerebro de un bilingüe castellano-francés no es equivalente a lo de un monolingüe ni tampoco a lo de un bilingüe francés-castellano”, afirma Martín.
La experta considera que, dado el mundo globalizado en el que vivimos, donde el multilingüismo es más la norma que la excepción, es necesario entender cómo funcionan los cerebros de todo tipo de hablantes.
“Estudiar el tratamiento del lenguaje en los bilingües proporciona información crítica que no se puede aprender en monolingües: permite entender cómo se puede manejar más de una lengua a la vez sin interferencia e advierte sobre la maleabilidad del cerebro”, puntualiza.
Sobre esta característica cerebral, por ejemplo, el equipo de Martín quiere demostrar cómo el cerebro es tan flexible que la manera de percibir y producir los sonidos de nuestra lengua materna, a pesar de años de práctica, cambiará durante el aprendizaje de nuevas reglas de conversión sonido-letra (aprendizaje escrito de una segunda lengua).
La aspiración global de este trabajo es entender cada uno de los procesos y de las activaciones cerebrales involucrados en percepción y producción de lenguaje, fundamental para el conocimiento sobre el ser humano y la cognición.
“Además, tiene también cientos de implicaciones concretas como la rectificación de todo tipo de trastornos del lenguaje, la mejora del aprendizaje de lenguas, el desarrollo tecnológico (como síntesis de voz), etc.”, concluye Martín.