Desde la Universidad de Castilla-La Mancha se intenta proteger ciertas especies con el objetivo de asegurar la conservación de los hábitats y la existencia de muchas otras especies. Todo ello, gracias al grupo de Biología de la Reproducción (GBR) que investiga, desde el año 95, en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) y en el Instituto de Desarrollo Regional (IDR), Centros de I+D+i de la UCLM.
El Grupo de Biología de la Reproducción (GBR), dirigido por el catedrático Julián Garde, se completa con cuatro doctores, tres becarios predoctorales y dos técnicos de apoyo a la investigación. Las líneas de investigación en las que este grupo trabaja, son la criopreservación de semen e inseminación artificial en ungulados, la consanguinidad y parámetros reproductivos en ungulados silvestres, la endocrinología básica y control reproductivo de ungulados silvestres y la ecología reproductiva en ungulados. Asimismo, su actividad principal se centra en los estudios de la inseminación artificial y criopreservación de semen en especies domésticas y silvestres, fundamentalmente rumiantes (ciervos, muflones, gacelas, ovinos); con el objetivo de mejorar la eficacia de las técnicas de reproducción asistida, trabajando en la utilización de estas técnicas para la conservación de razas y especies amenazadas.
Los logros de este grupo, entre otros, son el desarrollo de una técnica eficaz de inseminación artificial y congelación de semen para el ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus) y ser el único grupo de I+D+i en España que aplica estas metodologías en ciervos. Como resultado ha alcanzado un porcentaje de fertilidades al parto superiores al 60%, inseminando las ciervas con semen criopreservado. Igualmente, ha creado un banco de dosis seminales congeladas de ciervo ibérico, que en la actualidad cuenta con más de 75.000 dosis de semen. Este banco de semen es de gran utilidad para el desarrollo de tareas de investigación, y está disponible para aquellos usuarios que lo demanden.
Asimismo, estas tecnologías reproductivas se han aplicado a la conservación de otras especies, en particular a tres especies de gacelas norteafricanas (Dama, Cuvieri y Dorcas), actualmente en peligro de extinción.
Así, el grupo ha sido participe, en colaboración con el grupo de Biología y Ecología Reproductivas del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), de las investigaciones que consiguieron en 2005 el nacimiento del primer ejemplar de gacela que se conseguía en el mundo por medio de la aplicación de semen congelado por inseminación artificial. Éste, ha sido el primer nacimiento, y hasta la fecha el único que se ha conseguido en cualquier especie de gacela en el mundo, por medio de la aplicación de estas tecnologías reproductivas. La cría, llamada Juanito, sigue hoy en día en perfecto estado de salud.
Recientemente este grupo, ha recibido financiación por parte del Plan Nacional de I+D+i. Dicho proyecto, dirigido por el profesor Julián Garde y denominado Empleo de la morfometría espermática como herramienta para el diseño de alternativas tecnológicas orientadas a mejorar la congelabilidad del semen de ciervo, cuenta con un presupuesto que supera los 215.000 euros y nace con el objetivo principal del de mejorar el rendimiento de la técnica de congelación de las muestras espermáticas de ciervo procedentes de “malos congeladores”, intentado para ello adecuar los nuevos protocolos a la variable que diferencia los “malos” de los “buenos congeladores” (tamaño y perfil de la cabeza espermática).
Las diferencias en la resistencia al proceso de congelación-descongelación de los espermatozoides entre distintos individuos han sido observadas en varias especies, tanto domésticas como silvestres. Dentro de este contexto, los donantes de semen se han clasificado de forma rutinaria como “buenos” o “malos congeladores”.
El grupo GBR ha demostrado que las diferencias en la congelabilidad espermática entre machos, están relacionadas con el tamaño de la cabeza espermática en el semen fresco de los distintos venados. En este sentido, cuanto mayores y más anchas son las cabezas espermáticas de un macho, peor resisten sus espermatozoides al proceso de congelación.
Destacar también, los trabajos realizados para la Asociación Nacional de Criadores de Raza Ovina Manchega (AGRAMA) de cara a la conservación de la biodiversidad de la variedad negra de la raza manchega, y para la Asociación de Criadores de la Raza Caprina Blanca Celtibérica (AGRACE), encaminados a la preservación de está ultima raza.
En cuanto a la transferencia de los resultados de investigación, este grupo oferta servicios relacionados con el área de la reproducción animal como la evaluación de la calidad seminal (espermiograma), la congelación de semen de rumiantes domésticos y silvestres; y la inseminación artificial y control de la reproducción en rumiantes.
Referencias bibliográficas:
· "Biotecnología de la reproducción y conservación de especies en peligro de extinción", Biodiversidad y Conservación, Roldan ERS., Garde J., 2004.M. Gomendio (coordinadora), Fundación BBVA, Madrid, pp. 283-307.
· "Aplicación de las técnicas de reproducción asistida a la mejora de especies cinegéticas: el ejemplo del ciervo", Lecciones de Desarrollo Rural. Garde J., 2001 Univ. Castilla-La Mancha. F. Pillet (ed), pp. 339-344.
· "Inseminación Artificial en el Ciervo Ibérico", Hunters, 41: 62-71.Garde J., García AJ., Soler A., López A., Albiñana B., Gallego L., 2000.
· "Evaluación de la variabilidad genética en poblaciones cinegéticas de ciervo ibérico mediante métodos moleculares", Galemys 11 (1): 27-39.Alvarez-Ortí M., Escribano J., Garde J., García A., Ortiz N., Gallego L., Fernández JA., 1999.
La Fundación BBVA ha galardonado al informático japonés, de la Universidad Carnegie Mellon (EE UU), por crear los algoritmos que permiten a las máquinas comprender las imágenes y procesar los movimientos. Sus técnicas están presentes en los coches autónomos, los drones y todos los robots con capacidad de visión, como los que se usan en cirugía.
Investigadores de la Universidad de León han aplicado redes neuronales artificiales a imágenes captadas con drones para reconocer, con un 95 % de acierto, la huella que dejaron las explotaciones auríferas de los romanos en el noroeste peninsular. El sistema se puede aplicar para reducir los riesgos asociados a las minas abandonadas, que causan pérdidas humanas y económicas en todo el mundo.
