La emergencia climática actual supone, además, una crisis sanitaria global. José María Martín-Moreno, doctor en Medicina y en Salud Pública por la Universidad de Harvard (EE UU), explica cómo se está abordando en las zonas afectadas por la DANA en España y los protocolos y campañas de prevención que hay que poner en marcha.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) se demandaba hace unos días una integración conjunta de la salud en las negociaciones de la Cumbre del Clima COP29, que esta semana inician las reuniones al más alto nivel en Azerbaiyán.
“La crisis climática es una crisis sanitaria, por lo que dar prioridad a la salud y el bienestar en la acción por el clima no solo es un imperativo moral y jurídico, sino una oportunidad estratégica de obtener beneficios sanitarios transformadores para un futuro más justo y equitativo”, declaraba Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
En España, la DANA que ha asolado Valencia y el sur peninsular ha mostrado que deben ir de la mano. Mitigar y adaptarse al cambio climático es también actuar ante presentes y futuros problemas de salud pública.
Hablamos con José María Martín-Moreno, doctor en Medicina y en Salud Pública por la Universidad de Harvard (EE UU) y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universitat de València, sobre la situación de las zonas afectadas y las acciones a tomar ante estos fenómenos extremos que se prevén más frecuentes e intensos en la región mediterránea.
¿Cuál es la situación actual de la atención sanitaria en las zonas más afectadas por las inundaciones?
Actualmente, los profesionales sanitarios en Valencia están trabajando intensamente para responder a la emergencia generada por las inundaciones del 29 de octubre. Equipos médicos, junto con protección civil y personal voluntario, están brindando atención en centros médicos provisionales y mediante unidades móviles.
Para las personas con movilidad reducida o dificultades de acceso a los centros de atención, se han desplegado equipos de salud itinerantes
¿Qué medidas existen para las personas con movilidad reducida y de difícil acceso por la situación de las infraestructuras?
Para las personas con movilidad reducida o dificultades de acceso a los centros de atención, se han desplegado equipos de salud itinerantes que están visitando las áreas más afectadas para ofrecer asistencia en el lugar. Además, el sistema de salud ha coordinado con servicios de transporte y cuerpos de emergencia el traslado de personas vulnerables a centros médicos, minimizando así los riesgos para ellas.
Esta situación no es momentánea, si no que se va a prolongar en el tiempo. ¿Cómo se tiene que abordar esta situación a medio y largo plazo para mejorar la respuesta ante emergencias climáticas?
A mediano y largo plazo, es crucial que el gobierno autonómico, con apoyo de la administración central, invierta en infraestructura resiliente y adaptable a desastres naturales. Esto incluye la mejora de sistemas de drenaje, la creación de refugios con instalaciones médicas en zonas vulnerables y la capacitación continua del personal de salud en gestión de crisis.
Sería recomendable fortalecer los protocolos de emergencia en colaboración con instituciones científicas, asegurando que el sistema sanitario disponga de planes y personal capacitado
¿Se deberían mejorar los protocolos actuales?
Sería recomendable fortalecer los protocolos de emergencia en colaboración con instituciones científicas, asegurando que el sistema sanitario disponga de planes preestablecidos y personal capacitado, así como una dotación mejorada de equipos móviles y recursos de telemedicina que permitan respuestas rápidas en comunidades de difícil acceso.
Una de las cuestiones más urgentes es cómo abordar los problemas salud mental. Hay una población muy numerosa que se enfrenta a la vez a las pérdidas personales, materiales y a los bulos que afectan a su vida diaria. ¿Estamos preparados?
La salud mental es fundamental en la respuesta a este tipo de catástrofes, donde la angustia y el sufrimiento son comunes. Contamos con profesionales especializados en intervención psicológica en emergencias y unidades activas en situaciones de desastre. Sin embargo, el volumen de personas afectadas puede sobrepasar la capacidad existente, por lo que es crucial seguir aumentando los recursos y la formación para los profesionales de primera línea. Desarrollar protocolos específicos para la atención psicológica inmediata y su seguimiento a mediano plazo es esencial para apoyar el bienestar emocional de los afectados, quienes pueden experimentar secuelas como el estrés postraumático.
El volumen de personas afectadas puede sobrepasar la capacidad existente, por lo que es crucial seguir aumentando los recursos y la formación en salud mental
Respecto a la gestión del suministro de medicamentos y organización de centros provisionales, ¿cómo se coordina?
En situaciones de emergencia, la logística para suministrar medicamentos esenciales, como insulina y otros fármacos de uso crónico, se realiza en coordinación con servicios de farmacia hospitalaria y farmacias locales, que reciben apoyo logístico para llegar a las zonas aisladas.
¿Se sigue trabajando así en las zonas afectadas?
Se están estableciendo centros de distribución en puntos estratégicos, como centros comunitarios, donde también se han instalado ambulatorios provisionales para ofrecer atención primaria. Esta logística está siendo gestionada por equipos de salud, en colaboración con servicios sociales y organizaciones locales, facilitando el acceso a la medicación y el seguimiento de los pacientes que requieren atención médica continua.
En el contexto de desastres naturales, la vigilancia de posibles brotes zoonóticos es clave, ya que estos pueden surgir por el desplazamiento de animales y la contaminación del agua
¿Qué acciones y estrategias hay que implementar?
El sistema sanitario y múltiples entidades trabajan para proteger y asegurar el bienestar de la población en medio de esta catástrofe. La colaboración intersectorial y una respuesta rápida y coordinada son claves para minimizar los efectos negativos y empezar el camino hacia la recuperación.
Se insiste por parte de los científicos de que ante estas situaciones hay que integrar una estrategia One Health (una sola salud). ¿Se está haciendo en el sistema público de salud español?
El enfoque One Health, que subraya la conexión entre la salud humana, animal y ambiental, es cada vez más importante en la respuesta sanitaria. En el contexto de desastres naturales, la vigilancia de posibles brotes zoonóticos es clave, ya que estos pueden surgir por el desplazamiento de animales y la contaminación del agua.
Para integrar esta estrategia en el sistema de salud hay que fortalecer la vigilancia epidemiológica, planificar intervenciones conjuntas con veterinarios, ambientalistas y expertos en salud pública, y utilizar herramientas de monitorización para controlar posibles focos de infección.
Es esencial establecer un sistema de alerta temprana accesible y realizar simulacros periódicos en colaboración con las comunidades locales
¿Serían necesarias campañas de prevención para eventos climáticos extremos como se hacen con otros problemas más evidentes de salud pública?
Resulta fundamental, dada la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, implementar este tipo de campañas que eduquen y preparen a la población. Deberían incluir información sobre medidas de autoprotección, manejo adecuado de residuos para prevenir enfermedades en contextos de inundación, y programas de formación comunitaria en primeros auxilios. Además, es esencial establecer un sistema de alerta temprana accesible y realizar simulacros periódicos en colaboración con las comunidades locales, especialmente en áreas propensas a inundaciones.