A diferencia de lo que enseñan las películas y series de ciencia ficción, las naves interplanetarias no se dirigen a su destino en línea recta. Más bien, toman sinuosas y complejas trayectorias planificadas minuciosamente por ingenieros muchos años antes de su lanzamiento.
En el sur de Argentina, científicos hallaron un fósil de 165 millones de años que arroja luz sobre la evolución de las ranas y los sapos. Tras analizarlo en detalle, han valorado que se trata de un espécimen único en el mundo.
En el oeste de Argentina, un equipo de científicos locales encontró los fósiles de flora terrestre de hace 420 millones de años. La investigación extiende el conocimiento sobre la historia evolutiva de las primeras plantas que colonizaron la superficie y volvieron al planeta habitable.
El descubrimiento de marcas de cortes en fósiles de un gliptodonte en Argentina proporciona evidencia de que los humanos habrían llegado a Sudamérica mucho antes de lo que se pensaba. Se trata de un género extinto de grandes mamíferos acorazados emparentado con los armadillos actuales.
Científicos argentinos buscan tener una imagen más completa de los últimos años de los dinosaurios en la Patagonia. El hallazgo de un nueva especie amplía el panorama y revela la existencia de una mayor diversidad de depredadores antes de la extinción masiva.
A medida que se expande la inteligencia artificial en cada rincón de nuestras vidas, un cliché se consolida: el de representar visualmente estos sistemas como robots humanoides blancos, cerebros destellantes o con referencias a la ciencia ficción. Un grupo cada vez mayor de especialistas se opone a esta iconografía cargada de sesgos históricos sobre género, etnia y religión que genera expectativas poco realistas y enmascara los efectos sociales de estas tecnologías.
América Latina vive la peor epidemia de dengue de las últimas décadas. Según este historiador canadiense, se trata de un episodio más de la ancestral guerra contra nuestros enemigos más mortíferos: los mosquitos, pequeñas criaturas que han dirigido el curso de la historia humana con las enfermedades que transmiten.
Aunque es originaria del sur de Francia, esta variedad de uva hoy es sinónimo de Argentina. Científicos locales estudian su diversidad genética, los efectos de la radiación ultravioleta y las enigmáticas interacciones entre las plantas, el suelo y demás factores ambientales, para ayudar a su adaptación al cambio climático y la conservación de sus sabores tradicionales.
Tras milenios de inspirar toda clase de leyendas, en febrero de 1824 el primero de estos seres recibió su nombre. A dos siglos de aquel debut científico, los descubrimientos no paran. Gracias al uso de nuevas tecnologías, los paleontólogos amplían su intrincado árbol genealógico y revelan aspectos anteriormente desconocidos de estas especies increíblemente diversas que dominaron el planeta durante casi 165 millones de años.
Gracias a tomógrafos cada vez más potentes, la paleoneurología está transformando nuestra comprensión de estos animales extintos. Investigaciones sobre el cerebro, el sistema nervioso y otros tejidos blandos que dejaron marcas en el cráneo de estas criaturas nos revelan sus capacidades cognitivas, así como también sus limitaciones.