Los costos ocultos del desarrollo de la inteligencia artificial generativa (en inglés, GenAI) van más allá de lo económico o lo medioambiental: también tienen un fuerte impacto social.
Un nuevo estudio desvela que esta especie humana logró prosperar en entornos áridos y hostiles del África oriental mucho antes de lo que se creía, lo cual replantea el papel del Homo erectus en la evolución de la adaptabilidad humana.