El rescate de una niña con autismo, que se había escapado de casa, movió al ingeniero informático Iván Pérez a desarrollar, junto a su equipo de la empresa Geo.band, un geolocalizador de última generación que se puede convertir en un llavero, un colgante o un reloj. Está diseñado para ser usado con niños, ancianos y personas dependientes e incluye sensores y algoritmos que aprenden del usuario. Paco Lobatón se ha comprometido con el proyecto a través de su fundación QSDGlobal.
Tunicados del Caribe y esponjas de Madagascar son algunos de los organismos marinos en los que se han inspirado los investigadores de PharmaMar para lograr potentes medicamentos contra el cáncer. Esta firma española, nacida hace casi tres décadas como una inversión de riesgo, se lanza ahora a la aventura de salir a la Bolsa de EE UU. Su objetivo: lograr financiación para sus nuevas moléculas contra cáncer de pulmón, ovario y mieloma múltiple, y sacar adelante las que aún están en fase preclínica.
El trabajo Leonard Kleinrock (Nueva York, 1934) contribuyó en los sesenta del siglo pasado a crear las bases de internet. Sin su tecnología de conmutación de paquetes de datos, esta red, tal y como la conocemos, no existiría. El ingeniero dice que nunca imaginó que internet fuera a convertirse en un medio masivo de comunicación con fenómenos como las redes sociales. También opina que estamos viviendo un momento de poca creatividad científica debido a una financiación escasa que espera resultados a muy corto plazo.
La científica holandesa Laura van ’t Veer ha revolucionado el diagnóstico del cáncer de mama con un test genético que permite evitar a casi un tercio de las pacientes un tratamiento innecesario con quimioterapia. Con el análisis de 70 genes, el método descifra si el tumor tiene o no probabilidad de recurrencia y, por tanto, si es de alto o bajo riesgo. Su trabajo ha sido reconocido con el Premio al Inventor Europeo 2015 en la categoría de pequeñas y medianas empresas en una gala celebrada ayer en París.
En un futuro próximo, los que no manejen el código informático serán los nuevos analfabetos, advierten los expertos. O programas o te programan. Por eso, en Europa y en EE UU afloran iniciativas para que los niños aprendan ya en la escuela esta destreza cada vez más indispensable. En España, Google ha elegido el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología para impartir talleres donde los niños crean juegos y aplicaciones.
“Los países con más éxito en innovación son los que tienen una buena red de colaboración entre las universidades y los centros de investigación con la industria. España debería mejorar este aspecto”, afirma Benoît Battistelli, presidente de la Oficina Europea de Patentes (OEP). Batsitelli presentó ayer en Bruselas el informe anual de su organismo, que en 2014 concedió 64.600 patentes a empresas de todo el mundo, 467 de ellas a firmas españolas.
Es un empresario muy especial. Ha creado dos compañías para buscar tratamientos novedosos contra la tuberculosis, una enfermedad a la que no se presta suficiente atención ni recursos, pese a que todavía mata a 1,5 millones de personas al año y no solo en países pobres. Pere-Joan Cardona es el coinventor de la primera vacuna terapéutica probada con eficacia en humanos, y de un probiótico que ayuda a defenderse de la enfermedad. Para sacarlos al mercado, se ha visto obligado a buscar socios financieros en China e India.
La Asociación de Científicos Españoles en Estados Unidos ha presentado hoy su nueva filial en Nueva York (ECUSA-NY). Su objetivo es crear una red de apoyo y favorecer la conexión entre el sector público y privado en uno de los mayores núcleos de investigación y negocios de EE UU. Como padrino del acto, han contado con el neurocientífico Rafael Yuste.
La científica malagueña Rocío Ponce Ortiz ha logrado una de las cinco becas del programa L’Oréal-Unesco Mujer y Ciencia, que este año premia proyectos de nuevos materiales para energías alternativas. Ponce trabaja para lograr células solares y dispositivos electrónicos orgánicos, hechos de polímeros, que serán mucho más baratos que los actuales de silicio y podrán incorporarse casi en cualquier superficie.
Joe Fernández ha sido una de las estrellas de la feria BioSpain, celebrada en Santiago de Compostela. Hijo de santanderino y gallega, este emprendedor lleva en EE UU casi toda su vida. Allí, en los 80, creó su primera empresa: Invitrogen, que creció al calor del proyecto Genoma con sus kits de clonaje. Luego fundó Active Motif, centrada en herramientas que permitan avanzar en el estudio del núcleo de las células en 3D, un ámbito que, en su opinión, va a hacer posible desarrollar fármacos cada vez más precisos. En sus ratos libres, invierte en nuevas firmas de biotecnología para ayudarlas a crecer.