Una de las principales tareas de los investigadores es publicar estudios en revistas de prestigio para dar a conocer sus trabajos más recientes y relevantes. Una vez publicados, los artículos sirven de referencia para otras investigaciones. El número de veces que un estudio es citado permite a la comunidad científica valorar la repercusión del mismo, llevándoles a veces a publicarlo siempre bajo el lema de “publicar o perecer”. En España, tres investigadores de las áreas de Física, Medicina Clínica y Química se llevan la palma de las citas científicas.
Los científicos estudian con cada vez más evidencias los efectos que conllevará el cambio global en diversas especies, entre ellas el ser humano. Aunque todavía muchos de ellos elaboran previsiones, algunas investigaciones permiten identificar las especies que antes de finales de siglo tendrán mayores problemas para sobrevivir. Desde el Laboratorio de Cambio Global, ubicado en el Museo de Ciencias Naturales (CSIC) de Madrid, el biólogo Miguel B. Araújo, que acaba entregar a la literatura científica un paquete de artículos científicos desde una perspectiva biogreográfica, lo tiene claro: la persistencia de ciertos animales en todo el globo dependerá de los métodos de conservación que se empleen.
El riesgo existía y los científicos avisaron hasta seis meses antes. El 25 de abril de 1998 se produjo la mayor catástrofe ambiental de España: la ruptura de la balsa de la mina de pirita de Aznalcóllar que contaminó el corredor del río Guadiamar y llegó a las puertas del Parque Nacional de Doñana. Una década después del vertido, los niveles de contaminación son bajos gracias a los esfuerzos que, en su día, realizaron los investigadores, pero todavía no existen protocolos de actuación con asesoramiento científico para que las instituciones actúen en caso de crisis.
Los volcanes expandidos a lo largo y ancho de la superficie terrestre siguen manifestándose, como llevan haciéndolo desde hace millones de años, a través de diferentes tipos de erupciones, señal de que la Tierra está en constante movimiento. Sin embargo, es la relación de esas erupciones con el ser humano lo que preocupa a científicos como el doctor en Físicas, especializado en volcanes, Ramón Ortiz (Barcelona, 1945) y la consecuente falta de conocimiento al producirse el fenómeno natural.
La tecnología en microscopia se ha desarrollado de forma espectacular desde que el holandés Zacharías Janssen la dio a conocer en el siglo XVI. Si en sus inicios la observación de lo infinitamente pequeño era la gran novedad, hoy la observación in vivo de objetos de mayor tamaño está cambiando la mirada del investigador. Estudiar el crecimiento de organismos vivos a través de lentes ya es una realidad en Illkirch, una pequeña comuna francesa donde 700 científicos trabajan con el primer macroscopio confocal del mundo.
Investigador empedernido de especies, particularmente del grupo de los escarabajos, Quentin D. Wheeler, taxónomo y decano de la Universidad del Estado de Arizona (EEUU), trabaja para que parte de los más de 8 millones de especies encuentren su lugar en nuestro conocimiento, y sean clasificadas y nombradas como signo de su paso por este mundo. A finales de enero, presenta The new Taxonomy, monográfico que revitaliza una de las ciencias más desconocidas.
Las plantas tienen mal porvenir con el cambio climático, ya que no se pueden desplazar como los animales. Desde 2001, la Universidad de Navarra (UN) mantiene invernaderos de gradiente térmico para estudiar la respuesta de las plantas en condiciones adversas, con un aumento del CO2 y de la temperatura. Hablamos con el profesor del departamento de Biología Vegetal de la UN, Juan José Irigoyen que dirige estos laboratorios hortícolas.
Frente a las teorías escépticas que niegan tanto el calentamiento global como que la acción humana sea una de sus principales causas, el año 2007 ha servido para demostrar cómo la madre naturaleza le está devolviendo la moneda al hombre por su imprudente estilo de vida.