Un estudio de la Universidad de Jaén ha permitido analizar 24 humedales en los que se ha evaluado el papel que ocupa la comunidad zooplantónica. Según los investigadores, los cambios en la riqueza y la composición de estos microorganismos pueden ayudar a conservar estos ecosistemas.
Tres años después de que el buque Hespérides regresara a España culminando la vuelta al mundo de la expedición Malaspina, los científicos tienen una idea cada vez más clara sobre cómo funciona el océano global y cuál es su estado de salud. En concreto, la entrada de contaminantes procedentes de la atmósfera no se limita a las zonas costeras, sino que se produce también en las zonas más remotas del planeta y ya ha empezado a afectar al ecosistema oceánico.
El calentamiento de la temperatura de los océanos provocará una reducción estimada de las biomasas de fitoplancton y zooplancton de un 6% y un 11%, respectivamente, para finales de este siglo. La menor cantidad de estos dos componentes principales de la red trófica marina podría reducir la biomasa de los peces en ciertas regiones. Estas son algunas de las principales conclusiones de una investigación liderada por por AZTI-Tecnalia en el marco del proyecto europeo MEECE y que recientemente ha sido publicada en la revista Global Change Biology.
Investigadores canadienses e ingleses han descubierto elvirus marino más grande del mundo. Según el estudio que se publica en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Cafeteria roenbergensis es un virus poco usual, complejo y de aspecto parecido al de los mimivirus (virus de gran tamaño con ADN de doble cadena), capaz de infectar a un depredador planctónico de gran importancia ecológica y muy extendido.