La industria española lidera la misión Proba-3, la primera en el mundo sobre vuelo preciso en formación en el espacio. El objetivo de este proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) es demostrar que dos satélites se pueden mover como si fueran uno solo con una precisión submilimétrica. Con esta configuración se podrían crear enormes telescopios espaciales con la lente y el detector separados centenares de metros.