Las noches estivales invitan a buscar cielos oscuros y dirigir nuestra mirada hacia las estrellas y los planetas. En 2021 se podrá observar a simple vista a Júpiter, Saturno, Venus, Marte e incluso Mercurio si el horizonte está despejado, y la lluvia de las perseidas se verá especialmente bien. La Luna, las constelaciones y la franja blanquecina de nuestra Vía Láctea completarán el espectáculo astronómico.
La agencia estadounidense no ha visitado este planeta en los últimos 30 años
El descubrimiento de fosfano en las nubes de Venus ha disparado las especulaciones sobre su posible origen biológico, pero se necesitan más observaciones para confirmar el hallazgo y conocer su verdadera fuente. Las posibles misiones que se planean al planeta vecino, como EnVision de la Agencia Espacial Europea y DAVINCI+ de la NASA, pueden ayudar a encontrar la respuesta.
La aparición en Venus de esta molécula asociada a la vida en la Tierra, también llamada fosfina, ha causado un gran revuelo científico y mediático, pero hace décadas que se conoce su presencia en las atmósferas de Júpiter y Saturno, e incluso se ha encontrado en algunas estrellas. Investigadores del CSIC fueron los primeros en detectarla fuera de nuestro sistema solar. Ahora valoran para SINC el nuevo descubrimiento.
La fosfina encontrada en el planeta no debería ser estable en su atmósfera, donde se oxidaría rápidamente a menos que, como en la Tierra, haya un suministro nuevo constante. Entonces, ¿por qué los autores del estudio la buscaban en un entorno tan poco prometedor? ¿Están seguros de haberla encontrado?
La atmósfera de Venus contiene trazas de una molécula que en nuestro planeta solo generan las actividades microbianas y humanas, y que huele a podrido en asociación con otros compuestos. El descubrimiento, realizado con los telescopios James Clerk Maxwell y ALMA, apunta a la existencia de procesos geológicos o químicos desconocidos en nuestro planeta vecino, aunque tampoco se descarta una posible fuente biológica.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad de Minnesota DuluthHan (EE UU) han cartografiado una parte importante de la superficie de Venus para descifrar su evolución geológica. Los resultados arrojan nuevos datos que pueden ayudar a entender los procesos pasados y presentes que operan en nuestro planeta.
Venus, considerado durante mucho tiempo el planeta gemelo de la Tierra, es, sin embargo, un infierno comparado con nuestro planeta, con temperaturas en la superficie superiores a los 450 ºC, una atmósfera aplastante y densas nubes de ácido sulfúrico que cubren todo el astro. La Universidad del País Vasco participa en una investigación internacional que desvela la extraña circulación atmosférica en el lado nocturno del planeta.
Científicos japoneses han descubierto una enorme estructura arqueada e inmóvil sobre la atmósfera de Venus con la ayuda de la sonda Akatsuki. Los investigadores creen que se podría generar en zonas atmosféricas más bajas por la presencia de sistemas montañosos.
Conjunción de Venus y Júpiter este sábado al anochecer. / Sky & Telescope