Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han patentado dos cepas de levaduras vínicas, BM58 y BM60, que mejoran la composición del vino y por tanto su calidad, a través de la selección de los microorganismos naturales responsables de la fermentación. Se trata de levaduras no modificadas genéticamente que contribuyen a la mejora del sabor, el cuerpo y el aroma del vino, como han demostrado las pruebas realizadas a nivel industrial y el sistema de catas de Bodegas Murviedro, la empresa que ha realizado la patente junto con el CSIC.