Según un grupo de matemáticos de Barcelona, la probabilidad de que el Sol cause en los próximos 10 años una tormenta capaz de afectar significativamente las infraestructuras eléctricas y de comunicación de toda la Tierra es 'solo' del 1,9% como máximo. Aún así, se trataría de un evento con consecuencias graves y los gobiernos deberían prepararse.