Por la cantidad relativamente baja de vitamina C en el tomate, uno de los frutos de mayor consumo en la dieta mediterránea, investigadores andaluces han aumentado por primera vez esa proporción en un 15% y lo han logrado gracias a técnicas de ingeniería genética. Según el estudio, los científicos transfirieron el gen de la fresa, que tiene mayor contenido en este nutriente, a la planta del tomate para crear un producto con aporte extra de vitamina C y una mayor capacidad antioxidante.
Investigadores andaluces han usado la cutina de la piel de los tomates para crear un material biodegradable que sustituye al que envuelve el interior de las latas de conservas y bebidas. La piel del tomate es muy resistente y no se funde, por lo que soporta los tratamientos esterilizadores que se aplican a las latas.
Un estudio desarrollado por investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas ha abierto una nueva vía para aumentar la longevidad de las semillas de las plantas mediante ingeniería genética. Sus resultados han sido publicados en la revista Plant Physiology.
Un estudio de la Universidad de Barcelona revela que los tomates de cultivos en los que no se emplean abonos nitrogenados tienen un nivel más elevado de compuestos fenólicos que los tomates de cultivos convencionales.
Como por los ojos también se come, los tomates presumen de colores en las fruterías. Cada vez son más apetecibles, pero también más insípidos. Un equipo internacional, con participación española, ha descubierto la base molecular de una mutación que se introdujo en el fruto cultivado hace medio siglo.
Un grupo de científicos del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale) de la Universidad de Salamanca está trabajando con un género de hongos denominado 'Trichoderma', que defiende a muchas plantas de numerosos organismos patógenos y que, según investigaciones recientes, tiene también una influencia positiva en el crecimiento de cultivos de interés agronómico como el tomate y el pepino. En concreto, los investigadores han determinado que una proteína de este hongo estimula el crecimiento de las raíces y, por lo tanto, aumenta la aportación de nutrientes a los cultivos.
El zumo de tomate de cultivo orgánico tiene más componentes fenólicos –compuestos de origen vegetal de gran interés nutricional y que pueden proteger al organismo contra enfermedades cardiovasculares degenerativas y cancerígenas –, que el del tomate de cultivo tradicional, según apunta un nuevo estudio científico que se ha publicado en la revista Food Chemistry y que ha dirigido Rosa M. Lamuela, profesora del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona.
Crean un plástico biodegradable procedente de la piel de tomate.
Hace 100 años que Kikunae Ikeda descubrió las propiedades saborizantes del glutamato, un aminoácido no esencial usado tradicionalmente para mejorar el gusto de muchos alimentos fermentados o maduros, como los tomates maduros o el queso. Una nueva investigación muestra ahora que existe un receptor en la lengua que se activa exclusivamente con el glutamato.
Los tomates maduros y los quesos fermentados son ricos en GMS natural.