Los seres vivos emplean solo un puñado de elementos químicos, como carbono, oxígeno, hidrógeno o nitrógeno, pero la humanidad aumenta su demanda de otros mucho más escasos, como oro, cobre, níquel o las escasísimas tierras raras. Esta creciente divergencia conlleva riesgos ambientales, socioeconómicos y geopolíticos, según un nuevo estudio.
Un equipo del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (CSIC-Universidad de Zaragoza) y el Instituto de Ciencia Molecular de la Universidad de Valencia ha desarrollado imanes con moléculas formadas por átomos de manganeso, cromo y moléculas orgánicas. El hallazgo abre una nueva puerta al 'diseño' racional de imanes y evita el uso de tierras raras, muy costosas y escasas.