Las comunidades modestas salen más beneficiadas si eligen cooperar que si se someten a los poderosos. Y aún más: los débiles de una red de redes tienen en sus manos el destino del conjunto. Lo prueba un modelo matemático desarrollado por tres investigadores españoles. Las redes de microcrédito en la India, la colaboración entre grupos de investigación y la conservación del oso pardo en los Pirineos son solo algunos de los ejemplos.
Desde su nombramiento como Ministro de Finanzas del gobierno griego y su participación en las negociaciones con la Comisión Europea, Yanis Varoufakis, para unos héroe, para otros villano, ha sido protagonista de portadas y noticiarios globalmente. Su origen académico y, más específicamente, su interés por la teoría de juegos han hecho que numerosos artículos y noticias inquiriesen sobre si Varoufakis y su equipo habrían estado aplicando esta disciplina en su complicada relación con Bruselas. El fenómeno ha ido en aumento desde su reciente dimisión.
Un equipo del Grupo de Investigación de Robótica y Cibernética de la Universidad Politécnica de Madrid ha ensayado un sistema en que robots dotados de inteligencia artificial establecen sus propias rutas sin un coordinador central. El sistema está inspirado en un modelo matemático de aprendizaje de la teoría de juegos.
Debería existir una retroalimentación entre la sociedad demandando ciencia y los científicos ofreciéndola. Ese es el escenario idílico que plantea José Luis Ferreira, Doctor en Economía por Northwestern University que ha basado gran parte de su carrera en la investigación de la Teoría de Juegos, materia que imparte en las aulas de Universidad Carlos III de Madrid, donde es profesor titular en el Departamento de Economía. Vela por el pensamiento crítico y el escepticismo como una manera de romper las barreras que existen entre las distintas ciencias y así trata de reflejarlo en su blog Todo lo que sea verdad. Participará el próximo 25 de abril en UNI-CIENCIA 2013 en la mesa dedicada a “La ciencia para pensar mejor”.
Dos investigadores de la Universidad Pompeu Fabra, Marta Reynal-Querol y Jan Eeckhout, podrán realizar sus proyectos de investigación tras conseguir uno de los primeros Starting Grant concedidos por el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés). Son ayudas dotadas de hasta dos millones de euros para desarrollar trabajos de investigación en los próximos cinco años.