Los grandes mamíferos marinos con dientes, como los delfines, las orcas y los cachalotes, se comunican y capturan alimento exclusivamente con sonidos. Un equipo de investigadores daneses ha descubierto que estos animales, protagonistas de #Cienciaalobestia, han desarrollado una nueva fuente de sonido en su nariz, que tiene la misma función que la laringe humana.
Al igual que las personas reconocemos el canto de un pájaro o el ladrido de un perro, estos últimos, protagonistas del #Cienciaalobestia, diferencian no solo las vocalizaciones caninas de las humanas, sino que también reconocen el contenido emocional de cada sonido. Así lo revela un estudio que ha analizado el procesamiento neuronal de su información auditiva con electroencefalogramas no invasivos.
Aunque la señal pueda degradarse por la distancia, los sonidos que emiten estos grandes simios, protagonistas del #Cienciaalobestia, se desplazan a través de los árboles y mantienen intacto el contenido. El estudio contradice así una antigua teoría sobre la evolución del habla humana y arroja nuevas pistas.
Cuando dejamos caer un objeto de las manos, nuestro cerebro emplea modelos internos –tanto del movimiento gravitatorio como de la altura de nuestro cuerpo– para predecir el momento en que el objeto llegará el suelo. Un equipo científico ha comprobado que al alargar artificialmente el tiempo que se tarda en escuchar el impacto, cambia nuestra percepción corporal.
Las personas con discapacidad visual podrán utilizar un nuevo sistema de guiado sensorial con sonidos 3D desarrollado por la empresa madrileña Geko NAVSAT. La aplicación se instala en el móvil y emplea la navegación por satélite y la realidad acústica aumentada para indicar al usuario el camino correcto y sin obstáculos.
Convertir en un registro sonoro los datos sismográficos de terremotos, volcanes y glaciares, así como la actividad industrial durante la explotación de una cantera. Esta es la original propuesta que plantea Earthworks, una obra artística que se estrena esta semana en el festival Sónar Barcelona. Está impulsada por los artistas británicos Ruth Jarman y Joe Gerhardt, del dúo Semiconductor, y colaboran científicos de la Universidad de Barcelona.
Los datos sismográficos de terremotos, volcanes y glaciares, así como la actividad industrial en una gravera se pueden transformar en una pieza sonora con apoyo visual. Esta es la original propuesta que plantea Earthworks, una obra artística del dúo britanico Semiconductor que se estrenará en junio en el festival Sónar de Barcelona. Geólogos de la Universidad de Barcelona participan en el proyecto.
A la hora de procesar los estímulos acústicos, los sonidos del ambiente tienen un peso fundamental, según una teoría desarrollada por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid. La investigación repasa diferentes estudios de disciplinas como la antropología, la historia o la neurociencia. Los sonidos del siglo XVIII que rodearon a Mozart le influyeron decisivamente a la hora de componer.