Especies de tiburón como el peregrino y la mielga sufren una reducción progresiva en el litoral de la Costa Brava, según alerta un grupo de expertos españoles. El trabajo apunta, además, a la posible desaparición de los tiburones musolas en esta región marina de las costas de Cataluña.
Esta especie era antes frecuente en las costas de 90 países, pero ahora se encuentra entre los peces marinos más amenazados del mundo debido a la sobrepesca y está presuntamente extinto en 46 de esas naciones. Los científicos piden esfuerzos de conservación en ocho países.
Hasta ahora, el declive de tiburones y rayas oceánicas debido a la explotación pesquera, su principal amenaza, no se había cuantificado de manera global. Un nuevo estudio revela que la abundancia de elasmobranquios se ha reducido en realidad en casi tres cuartas partes desde 1970 en todo el mundo. Los científicos piden acciones urgentes a los países para limitar las capturas de estos animales, muchos de ellos ya en peligro de extinción.
La pesca en el Mediterráneo occidental es una de las mayores amenazas de tiburones y rayas. El seguimiento de estos peces en las dos últimas décadas demuestra que algunas poblaciones están ahora estables por los cambios que se han producido en la pesquería de arrastre y por la adaptación de ciertas especies a la sobrepesca.
La Fundación BBVA premió ayer a los biólogos marinos Carlos Duarte, Terry Hughes y Daniel Pauly por sus contribuciones al conocimiento de los océanos y por las soluciones que han propuesto para proteger y conservar la biodiversidad marina en un mundo de rápido cambio. Manglares, arrecifes de coral y sobrepesca son las tres temáticas que han preocupado a estos científicos.
El calentamiendo de los océanos y la sobrepesca están provocando cambios en el ecosistema marino que aumentan los niveles de mercurio en los peces, según un estudio liderado por la Universidad de Harvard. Las altas concentraciones de este metal tóxico producen, entre otras cosas, neurotoxicidad y trastornos en el desarrollo de los fetos.
Cerca del 25 % de los hábitats de los tiburones oceánicos se encuentra en zonas de pesca activas, según un nuevo estudio internacional que ha contado con la participación de 109 centros científicos. El número de estos depredadores no ha parado de descender debido al uso de su carne para la sopa de aleta de tiburón.
Muchas especies de peces que componen nuestra dieta están sufriendo graves declives en sus poblaciones. El besugo se une a la larga lista de peces cuya abundancia disminuye. Un equipo de científicos ha comprobado que la sobreexplotación pesquera es la principal responsable de este descenso.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza ha presentado la actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas, que incluye casi 97.000 especies, y destaca la recuperación del rorcual común y del gorila de montaña. Pero nuevas especies se han unido a la lista y los expertos alertan del impacto negativo de la sobrepesca y la tala ilegal.
Hace diez años, los científicos pusieron un límite a la pesca en el mundo: el año 2048. Si se sigue con el ritmo actual, el colapso de biodiversidad acabaría a mediados del siglo XXI con esta práctica humana para conseguir alimento. Pero el biólogo Ray Hilborn, profesor de Ciencia Pesquera en la Universidad de Washington (EE UU), asegura que es posible el equilibrio entre la explotación marina y la estabilidad de los stocks a través una gestión efectiva de la pesca.