En el subsuelo del edificio principal del MIT, Alberto Rodríguez pone a punto robots capaces de detectar y manipular objetos. A este ingeniero español le obsesiona la mano humana porque busca dotar a estas máquinas de la habilidad de interactuar mejor con el mundo. Su equipo se acaba de clasificar en tercera posición en el Amazon Picking Challenge, un concurso internacional en el que sistemas automáticos deben ordenar libros y paquetes en estanterías por sí solos.