La biomasa procedente de algas tiene aplicaciones en campos como la energía, con la extracción de aceite para la producción de biodiesel, la farmacia, la cosmética y la nutrición. Pero se trata de un cultivo con un alto contenido en humedad (entre el 75 y el 98%), por lo que es necesario deshidratarlo previamente a su aprovechamiento. Para resolver este problema, un estudiante de la Universidad de Valladolid ha diseñado un secadero de biomasa de algas, que se alimenta de la corriente calefactora producida por la evaporación del agua contenida en las propias algas.