Recopilamos algunas investigaciones de los últimos años dedicadas a estas sopas originarias de Andalucía: desde la huella hídrica de un litro de gazpacho hasta cómo sobreviven diferentes patógenos en el salmorejo.
Investigadores de la Universidad de Jaén utilizan un nuevo sistema por altas presiones para combatir los patógenos en el salmorejo. De esta forma, sin conservantes ni altas temperaturas, se garantiza la seguridad alimentaria y se amplía la fecha de caducidad, sin afectar a las propiedades de sabor y color de esta sopa fría lista para consumir.