La situación de las salamandras en Europa es alarmante. Un hongo de origen asiático está acabando con la población de la salamandra común, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia. Este ‘devorador de salamandras’ transmite una enfermedad mortal en la piel de estos anfibios, y pone en peligro a toda la especie en el continente si no se frena su expansión.
Contrariamente a los humanos y otros mamíferos, las salamandras no pueden quedarse tuertas, ni mancas, ni cojas. Gracias a una excepcional habilidad, son capaces de regenerar una y otra vez hasta su cerebro, corazón y médula espinal, una destreza que ni siquiera pierden cuando llegan a la edad adulta. Un nuevo estudio revela por qué estos anfibios, protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, se han convertido en las estrellas del crecimiento de miembros perdidos.
Investigadores de las universidades Estatal de Oregón y de California en Berkeley han hallado, en lo que hoy es República Dominicana, la primera salamandra en ámbar que se conoce de hace más de 20 millones de años. La especie se llama Palaeoplethodon hispaniolae y aporta nuevos conocimientos sobre la historia ecológica y geológica de las islas del Caribe. En la actualidad, no existen salamandras en esta zona.
Este es el único fósil de salamandra preservado en ámbar que se conoce. Se encontró en la República Dominicana, donde en la actualidad no existen salamandras. / George Poinar, Jr., courtesy of Oregon State University
Una recreación del Metoposaurus algarvensis / Joana Bruno