Para saber cómo será el futuro es imprescindible conocer el pasado. Esta máxima, que se aplica generalmente a la Historia, se cumple también en otros campos de la ciencia. Saber el comportamiento del clima se hace imprescindible para comprender mejor la evolución a medio y largo plazo, pero ¿cómo saber de manera fiable cómo era el clima hace cientos de años?